SOCIEDAD
Coronavirus

Los que nos cuidan están llegando al límite de sus fuerzas

Carta abierta del Comité de Ética del Hospital Privado de Mar del Plata, que alerta sobre el aumento de casos y el impacto en el sistema de salud a causa de cierta actitud insolidaria que pone en peligro el delicado equilibrio del sistema sanitario.

El personal de salud se encuentra al límite se sus recursos físicos y psicológicos
El personal de salud se encuentra al límite se sus recursos físicos y psicológicos | AFP

Los que se dedicaron a los equipos sanitarios no tuvieron gran mérito al hacerlo, pues sabían que era lo único que quedaba, y no decidirse a ello hubiera sido lo increíble. Esos equipos ayudaron a nuestros conciudadanos a entrar en la peste más a fondo y los persuadieron en parte de que, puesto que la enfermedad estaba allí, había que hacer lo necesario para luchar contra ella. Al convertirse la peste en el deber de unos cuantos se la llegó a ver realmente como lo que era, esto es, cosa de todos”. 
(La Peste, Albert Camus)


Al principio, les tocó a los que venían desde afuera, luego a los más ancianos, sobre todo, a los que estaban alojados en lugares donde el personal de salud compartía sus múltiples tareas del geriátrico con hospitales y clínicas. Después se expandió entre ellos sin importar edad ni especialidad, así empezó a avanzar, claro que quiénes tenían enfermedades de base eran los más propensos. Cuando alcanzó al resto de la comunidad se hizo visible que todos estamos acechados.

Al virus se lo está conociendo, no hay remedio ni vacuna y ahora se sabe que tampoco es, como otro tipo de virus, estacional.

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Cuando alcanzó al resto de la comunidad se hizo visible que todos estamos acechados. Al virus se lo está conociendo, no hay remedio ni vacuna y ahora se sabe que tampoco es, como otro tipo de virus, estacional.

Terminó agosto como el mes que, según fue difundido, más contagios registró en el Partido de General Pueyrredón. El jueves 27 del mes se registraron 216 casos; la mayoría de los cuales correspondieron a adultos mayores. Septiembre empezó con 13 niños internados afectados de Covid-19. Hay transmisión comunitaria y no se puede conocer cuántas personas asintomáticas conviven entre nosotros.

Mar del Plata, según datos oficiales, tiene una estructura poblacional en donde el 14,2% del total es población con edad superior a los 65 años, esto es más que en el resto del territorio provincia,l donde el 10,69% sobrepasa esa edad. O sea, a nivel local hay un elevado porcentaje de personas con riesgo de contraer la enfermedad y sufrir consecuencias graves.

Otra de las características propias es que buena parte de su economía se basa en el sector servicios y, en particular, en los servicios turísticos, por eso ante la parálisis generalizada que mantiene el presente en suspenso, la economía también está en riesgo.

Aunque es válido considerar que en términos relativos, Mar del Plata tiene una red de Servicios de Salud importante buena parte de la misma se comparte con el resto de municipios de la Zona Sanitaria Octava: Tandil, Ayacucho, Gral. Guido, Maipú, Gral. Lavalle, General Madariaga, Mar Chiquita, Balcarce, General Alvarado, Lobería, Necochea y San Cayetano, con lo cual la infraestructura de servicios ante un contexto como el actual es finito, no solo en cantidad de camas y respiradores que puedan requerirse sino y muy especialmente, en personal de Salud.

Resulta claro entonces que es imperioso extremar los cuidados para atenuar la cantidad de casos y poder así equilibrar los riesgos de salud de la población, de la economía que garantiza el sustento y de los recursos con los que se cuenta.

Es también palpable que ante este prolongado paréntesis existe una gran demanda por tener “una dosis” de normalidad. El confinamiento obligatorio ha traído consecuencias de estrés social y económico, intensificándose problemas de salud mental, violencia, desempleo, intolerancia, incertidumbre y aumento de lo que podría llamarse disconfort relacional, llevando incluso al suicidio. Frente a todo esto la empatía entre la ciudadanía ha dado paso a importantes muestras de solidaridad pero también a una singular actitud insolidaria que pone en peligro el delicado equilibrio de la subsistencia.

La empatía entre la ciudadanía ha dado paso a importantes muestras de solidaridad pero también a una singular actitud insolidaria que pone en
peligro el delicado equilibrio de la subsistencia.

Es claro que el cansancio tiene su precio. De las variadas formas de agotamiento el no poder adecuarse a esta situación, sin lugar a dudas, es una de las manifestaciones más recurrentes entre quienes piden retomar las conductas habituales. Lo que no se advierte es la consideración al agotamiento de que quienes nos cuidan, los que por vocación se enfrentan a la enfermedad y están literalmente en la trinchera, ellos no pueden permitirse bajar los brazos aunque sientan que están llegando al límite de sus fuerzas.

Mientras esto sucede cada vez más voces apelan a la responsabilidad. Así, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) se expresó mediante una carta en la que alerta al conjunto de la población a "¡no desafiar al virus porque el virus nos está ganando!" y señala la difícil situación que enfrentan día a día como trabajadores al observar "en las calles cada vez más gente". "Sentimos que no podemos más, que nos vamos quedando solos, que nos están dejando solos", lamentan los profesionales. "Sentimos que estamos perdiendo la batalla. Sentimos que los recursos para salvar a los pacientes con coronavirus se están agotando"…"la mayoría de las Unidades Terapia Intensiva del país se encuentran con un altísimo nivel de ocupación" y "los recursos físicos y tecnológicos como las camas con respiradores y monitores son cada vez más escasos"… "la cuestión principal, sin embargo, es la escasez de los trabajadores de terapia intensiva que, a diferencia de las camas y respiradores, no pueden multiplicarse".

Es necesario que este llamado nos convoque, no hay por ahora muchas más herramientas, si tan sólo logramos evitar estar en lugares cerrados, acudir a sitios concurridos y no tener contacto cercano, tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud –(OMS), además de lavarnos las manos y usar correctamente el “barbijo” cubriéndonos nariz y boca, estaríamos contribuyendo a cambiar la amenazante realidad.

De ese modo, y por el momento de ningún otro, se podrá como comunidad pensar a largo plazo.

 

Comité Hospitalario de Ética 
Hospital Privado de la Comunidad
Mar del Plata - Septiembre 2020