El acto se realizó en la basílica de San Pedro y participó el papa emérito Joseph Ratzinger, más conocido como Benedicto XVI, a quien Francisco estrechó en un abrazo al iniciar la ceremonia.
Al dirigirse a los nuevos cardenales, Francisco les indicó que quien recibe esta distinción debe tener "un fuerte sentido de la Justicia, de modo que no acepte ninguna injusticia". "Que el Pueblo de Dios vea siempre en nosotros la firme denuncia de la injusticia", añadió.
Su Santidad saludó afectuosamente a Luis Villalba, oriundo de Tucumán, quien era sacerdote cuando Jorge Bergoglio fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992 y lo acompañó en la vicepresidencia al actual pontífice en los años que presidió la Conferencia Episcopal Argentina.
"Mi nombramiento más allá de mi persona, es un reconocimiento también al noroeste argentino y a Tucumán", expresó el flamante cardenal Villalba en declaraciones a la prensa. En la ceremonia, el papa creó quince nuevos cardenales electores y cinco no electores, a los cuales exhortó a practicar la caridad con magnanimidad y benevolencia y a recharzar toda injusticia.
Francisco ratificó con esta creación su idea de descentralizar e internacionalizar el Colegio Cerdenalicio, ya que los cardenales son de diferentes lugares del mundo y de países que nunca los tuvieron, como Cabo Verde, Tonga, Birmania, Mozambique,Nueva Zelanda y Panamá.