Ricardo Martín Jaureguiberry, héroe de Malvinas, recuperó el sable que había llevado a la guerra y tuvo que dejar junto a todo el armamento que entregaron los combatientes argentinos durante la rendición. En un emocionante acto en la casa del embajador del Reino Unido Mark Kent, el diplomático le devolvió el arma como un "gesto de amistad y un recordatorio del honor que prevaleció durante los combates".
El sable fue guardado por White, capitán de un buque fragata inglés durante el conflicto y lo guardó en su escritorio hasta su muerte, en junio de 2014. Después de ese momento, fue su esposa quien le pidió al embajador Kent que empiece las gestiones para devolverle el sable al excombatiente argentino.
"Siento una gran alegría y emoción, una serie de recuerdos que vienen de vuelta a mi mente después de 37 años. Son momentos imborrables los que vivimos durante el conflicto, y ahora todo se recicla", dijo a Télam el veterano.
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Ahora, Ricardo trabaja en la seguridad del oleoducto que va desde Neuquén a Bahía Blanca, cuenta que en el último tiempo ganó "dos nuevos e impensados amigos": lady White, la viuda del capitán, y Richard Cockwell, que en 1982 era el administrador civil de una estancia en Bahía Fox Este, en la isla Gran Malvina, donde desembarcó la compañía de Jaureguiberry.
"Esto es un milagro que no hubiera sido posible sin la generosidad de quienes tendieron los puentes para que se haga realidad", afirmó Ricardo Martín Jaureguiberry durante el acto, donde estuvo acompañado por su familia completa: su madre, su esposa, sus hijos, nueras y yernos.
A su vez, el embajador también se expresó: "Estamos acá para cumplir un deseo. El sable estuvo con el entonces capitán de navío Hugo White y se quedó con él hasta su muerte. Su viuda nos pidió restituir el sable y acá estamos. Su acción es ejemplo de lo que debemos hacer para reparar las heridas emocionales de la guerra".
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El sable lleva grabado su nombre, la fecha 16 de diciembre de 1977 y la inscripción Presidencia de la Nación. "No tiene ningún valor material pero sí un alto significado emocional. Y nos deja una enseñanza: tenemos mucho que aprender y dialogar para que algún día tengamos una solución que sea la mejor para todas las partes", reflexionó el excombatiente argentino.
El arma permaneció dentro de la comunidad militar del Reino Unido y no cayó en manos de personas que buscan lucrar con una subasta, como algunos casos que se conocieron en los últimos meses. El último sábado, el casco que utilizó el ex combatiente Miguel Manuel Navarro durante la guerra se vendió por más de 700 mil pesos en un sitio de subastas online, en Londres, y de esa manera se vio frustrado el deseo de la familia del veterano de poder recuperarlo.
En marzo pasado otro ex combatiente, Jorge Alberto "Beto" Altieri, tuvo más suerte y logró recuperar el casco que le salvó la vida en la batalla de Monte Longdon, luego de que fuera retirado de una subasta en Londres.
A.P / D.S.