SOCIEDAD
HIJA DESPRECIADA

"Hueles a inodoro": la tormentosa relación de Steve Jobs con su hija revelada en un libro

Lisa Brennan-Jobs no fue reconocida por el fundador de "Apple" sino hasta que era adolescente. Ahora cuenta cómo fueron sus últimos años.

memorias steve jobs
| Business Insider / Vanity Fair

"Hueles como un inodoro". Esta es la cruel observación que Steve Jobs le habría dicho a su hija mientras estaba muriéndose de cáncer. "No recibirás nada, ¿entiendes?", le dijo en otra ocasión cuando la chica le pidió un Porsche. La mujer, Lisa Brennan-Jobs da detalles sin precedentes sobre la tormentosa relación que tuvo con su fallecido padre, el fundador de Apple, en un libro que saldrá a la venta en septiembre en los Estados Unidos.

Lisa nació en 1978 después de que Jobs mantuviera durante cinco años una relación con su madre, Chrisann Brennan, relación que terminó cuando ella quedó embarazada. Jobs se negó a hacerse una prueba de paternidad alegando que era "estéril e infértil", y según Lisa, "dio al juez el nombre de otro hombre que, según él, era mi padre". Posteriormente, Jobs tuvo tres hijos con Laurene Powell. Chrisann también escribió sobre su tumultuosa relación con Jobs, afirmando que el éxito lo convirtió en un "demonio". Lisa, en tanto, cuenta que su padre le habló siempre de una manera desagradable: "Soy una de las personas más importantes que conocerás", le afirmó.

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A sus 40 años, Lisa dice que para su padre, su propia existencia fue una decepción y una fuente de vergüenza. Como ella escribe en su libro, a los ojos de Jobs ella era "una mancha para su espectacular carrera, ya que nuestra historia no encajaba con la narración de grandeza y virtud que podría haber querido para sí mismo". "Mi existencia arruinó su racha", escribe. "Para mí, fue todo lo contrario: cuanto más cerca estaba de él, menos avergonzada me sentía; él era parte de mi mundo".

"Hasta mis 2 años, mi madre complementaba lo que recibía de prestaciones sociales con trabajos de limpieza o de camarera. Mi padre no ayudaba", cuenta Brennan-Jobs. Pese a que no quiso saber nada de ella en los primeros años, Jobs finalmente se reconcilió con Lisa y le pidió disculpas cuando la niña tenía nueve años, pero las heridas de su comportamiento nunca se curaron realmente y ambos mantuvieron desde entonces una relación tensa y difícil porque, incluso según el biógrafo oficial de Jobs, el magnate de la computación era "petulante" y "muy malo con la gente".

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En su libro, Lisa cuenta que se quedaba con frecuencia en la casa de su padre en San Francisco durante su adolescencia. "Esas noches cenábamos, estábamos en la piscina, veíamos películas viejas... él no hablaba". Uno de esos días, Lisa cuenta que le preguntó a Jobs si se podía quedar con el Porsche que tenía en ese momento cuando ya no lo necesitara. "Claro que no", dice que respondió en un tono hiriente. "Para entonces ya sabía que no era generoso con el dinero, la comida o las palabras; la idea de los Porsche parecía una divina excepción". Al llegar a la casa, Jobs exclamó: "No recibirás nada. ¿Entiendes? Nada. ¡No recibirás nada!".

Lisa visitó con frecuencia a su padre en sus últimos años de enfermedad, hasta su muerte el 5 de octubre de 2011 por un cáncer de páncreas. "Estaba sobre la cama, en pantalones cortos", escribió. "Tenía las piernas desnudas y delgadas como los brazos, dobladas como si fueran las de un saltamontes. Antes de despedirme, fui al baño y me rocié con un espray perfumado. Al regresar a su habitación, se estaba levantando. Cuando nos abrazamos, podía sentir sus vértebras y las costillas". Cuando se retiraba, Jobs le dijo "Hueles como un inodoro". "El último año lo visité un fin de semana en meses alternos. Me había quitado la idea de una gran reconciliación, esa que ocurre en las películas, pero seguí yendo de todas formas".