SOCIEDAD

La odisea de vivir en la ciudad

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El jueves último, como todos, me dispuse a la aventura del trip subterráneo por Buenos Aires. Una vez dentro del vagón, apretujado y sudoroso, se agolpó en mi frente el eslogan que Macri recita de corrido y que la empresa disemina en loop por las estaciones: “Subte de Buenos Aires. Cada día, un viaje mejor”. Y así, cavilando, convocó mi atención el titular principal de La Razón, ese diario que todo el mundo hojea y nadie lee: “Los alquileres aumentaron un 25% el último año”. Ajá. ¿Y la novedad? ¿Nadie le sopló al gestor del informe que desde hace años los alquileres se actualizan cada seis meses con un incremento del 12%? Y en todo caso, si la inflación anual es similar a esa cifra, ¿qué novedad noticiable reviste? La Ciudad de Buenos Aires enfrenta la peor crisis habitacional de su historia. Con un Estado que no sólo no regula sino que tiene inutilizados miles de inmuebles de su propiedad y propicia las condiciones para un crecimiento sostenido de los asentamientos, este aumento, digámoslo así, aflora como un mal menor. Con el programa Alquilar se Puede, manotazo de ahogado, la tendencia se confirma: habitantes porteños, abandonen Buenos Aires.

*Escritor, autor de Mundo Pro.