"Las chicas ahora quieren ser iguales a los varones ¡Laburen! Agarren un martillo, una maza, un cortafierro, y van a ser iguales que los hombres y no se les va a caer nada". Con estas palabras, el obispo Luis Urbanc encendió la mecha y causó el repudio de organizaciones sociales, políticas y feministas. Los dichos tuvieron lugar el 17 de julio durante una homilía en la capilla del Señor de la Agonía, en la localidad tinogasteña de Palo Blanco, en Catamarca, donde el prelado cargó contra la dirigencia política y las mujeres.
"Está de moda que andan haciendo casas... meta hacer casas para ganar votos. Los diputados y senadores tienen que legislar que toda casa que se vaya a construir de aquí en adelante en Catamarca va a ser de piedra", expresó durante uno de los segmentos de su discurso. En este marco, pidió a la intendenta de Fiambalá, Roxana Paulón, "motivar a esos diputados y senadores, que lo único que saben es ir a calentar sillas y que por ahí quieren hablar macanas". "Queremos que se generen leyes, que nosotros podamos vivir mejor", agregó.
Pero sus palabras no quedaron ahí. En otro polémico tramo, el religioso criticó a los movimientos feministas al apuntar que "las chicas ahora quieren ser igual que los varones ¡Laburen! Agarren un martillo, una maza, un corta fierro y van a ser iguales que los hombres y no se les va a caer nada". Además, hizo referencia a su propia familia y aseguró: "Mi madre no arrugaba, trabajaba a la par de mi padre como un hombre y era bien mujer, no se le cayó nada y nos enseñó mucho".
"Entendemos que sus opiniones parten de una posición favorecida, lo cual no lo excusa de la violencia ejercida con sus palabras en un contexto en el que las mujeres bregamos por derechos reales que nos han sido históricamente negados", expresaron este lunes diversas agrupaciones feministas de Catamarca y el país, nucleadas en la Asamblea de Mujeres, según consignó el sitio El Ancasti.
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Estas organizaciones ya habían advertido que lo iban a denunciar por discriminación frente al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). A través de un comunicado repudiaron, además, el sermón de Urbanc porque consideraron que "violentó a las mujeres en su condición". En un duro escrito, advirtieron que "la Iglesia con sus omisiones y acciones ha contribuido a perpetuar situaciones de injusticia".
Repercusiones. Tras el rechazo generalizado, el obispo diocesano buscó retractarse y pidió disculpas "a quienes pude haber ofendido y que se sientan agraviados". "Creo importante aclarar que el contexto era el de una celebración religiosa dentro del templo para consagrar su altar y la dedicación del edificio sólo para el culto, a pedido de los feligreses de Palo Blanco", recalcó en un comunicado enviado a la prensa.
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"No es un mensaje para los que no están. De manera que, quien no está no podrá interpretar en sus matices lo que se dice, ya que hay tonos de voz, silencios, miradas, gestos y un clima particular que lleva a expresar preguntas para dar una respuesta ante el Señor y ante uno mismo. Si hubo palabras fuera de lugar, pido perdón”, aseguró, y recalcó: “En el mismo contexto hice alusión, con cierto ardor, a los legisladores como ideas para concretar con alguna legislación. También les pido disculpas".
Por último, se refirió a sus palabras con respecto a la igualdad de las mujeres. "Quiero dejar en claro que en casa me inculcaron un gran respeto por la mujer como ciudadana, esposa y madre, desde la fe. ¡Cuánto me enseñaron a amar y a acudir a la protección de la Virgen María, la esposa de San José y la mujer elegida por Dios para ser la Madre de su Hijo Encarnado! Y así procuro hacerlo. Tengo una gran admiración por mis maestras, profesoras, catequistas, etc., quienes me ayudaron a valorar lo femenino en la vida humana".
AB/FF