SOCIEDAD
Más libros menos violencia

Organizan "pabellones literarios" en cárceles para promover la lectura

Funcionan en catorce unidades penitenciarias de la provincia de Buenos Aires. Y ya son más de 1.200 los detenidos que participan de esta actividad.

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Programa Pabellones Literarios | Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB)

Los talleres literarios van ganado espacio en las cárceles bonaerenses. Ya son más de 1.200 los detenidos que participan del Programa “Pabellones Literarios para la Libertad” que funciona en catorce unidades penitenciarias.  

El plan busca promover espacios de lectura y escritura para la formación integral de los privados de la libertad. La semana pasada, y con la participación de un juez de Lomas de Zamora, inauguraron dos nuevos pabellones: uno en el penal de Ituzaingó y otro en Campana. 

Sergio, interno de la cárcel de Ituzaingó, contó su experiencia en la audiencia virtual que se realizó por zoom. "Juntos escribimos el Estatuto de convivencia del pabellón y estamos agradecimos por esta oportunidad”, dijo. Seguidamente, Junior -otro detenido- señaló que en la Unidad 57 también firmaron su compromiso con este programa.

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En la actualidad, los pabellones literarios funcionan en las Unidades Nº 1 de Olmos, 2 de Sierra Chica, 3 de San Nicolás, 4 de Bahía Blanca, 5 de Mercedes, 6 de Dolores, 8 y 33 de Los Hornos, 9 de La Plata, 10 de Melchor Romero, 16 de Junín, 18 de Gorina, 28 y 35 de Magdalena, 30 de General Alvear, 31, 32, 42 y 54 de Florencio Varela, 39 de Ituzaingó, 40 de Lomas de Zamora, 48 de San Martín, 50 Batán y de 57 Campana.

Según fuentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), el programa "consiste en el dictado de talleres literarios de manera remota por civiles, por lo general profesores de literatura y letras o docentes, con varios encuentros semanales, la conformación de una nutrida biblioteca y el apego a un pacto de convivencia pacífica".

"Violencia cero"

Marcela Pérez es abogada independiente y junto a otra letrada, Fernanda Caramés, coordinan un taller literario en la cárcel de Olmos, en el pabellón 2–7 de la Unidad 1.

Todas las semanas mantienen un encuentro de una hora y media por zoom con 32 detenidos, quienes transitan distintos niveles de la educación. “Creemos que a través de la palabra podemos colaborar para una mejor reinserción de las personas privadas de la libertad y para bajar los niveles de reincidencia en el delito”, dice Pérez a PERFIL. 

Los lemas de las talleristas son “violencia cero” y que “prime la palabra”. “El objetivo es que puedan relacionarse mejor con las personas, con sus familias, con la sociedad”, explica. “Elegimos cuentos de Borges, García Márquez, Mamerto Menapace y frases de filósofos como Sartre. Usamos disparadores para analizar la violencia, el prejuicio, la discriminación y el machismo”, agrega la abogada.

“Hemos notado cambios alentadores. Es un programa en el que colaboramos sin ningún interés económico y nos lleva varias horas semanales, debido a que además del encuentro por zoom, nos mandan producciones por WhatsApp y les hacemos las devoluciones. Como ya es un programa reconocido por el Ejecutivo provincial, contamos con la conectividad necesaria y provisión de elementos de librería. Además, recibimos donaciones de libros para conformar bibliotecas”, destaca la tallerista.

De la inauguración participaron la asesora del Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia, Julia Lescano, el director de Cultura y Deporte, Walter Bertolotto, la jefa de Departamento Cultura, Gabriela Ríos, y el juez del Tribunal N° 7 de Lomas de Zamora, Roberto Conti, uno de los impulsores de la iniciativa junto al capellán general del SPB, Carlos Pont Gasques.

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El magistrado les dio la bienvenida a los internos y señaló: “Entendemos que una de las herramientas principales es la educación formal, pero muchos de los que llegan a las cárceles su primer acercamiento con la educación son los libros del pabellón (…) Y allí se despierta esa necesidad de estudio, de saber, de querer hacer algo distinto con su vida (…) Y en este espacio de reflexión, muchos piden terminar el primario o secundario y empezar una carrera universitaria. Antes querían ser boxeadores y ahora quieren ser periodistas deportivos, por ejemplo”.

Lescano, por su parte, se sumó a las palabras de Conti y dijo que “todos los talleres que impulsan una transformación positiva en ustedes son importantes. Pero lo que nosotros proponemos es un programa donde vivir en un pabellón literario implica el uso de la palabra. Violencia cero, las palabras todas. El ministro Julio Alak (Justicia y Derechos Humanos de la Provincia) quiere la humanización absoluta de las cárceles y transformarlas en espacios de pensamiento”.

LN