A su manera, pacientes, vecinos y talleristas del Hospital Borda expresaron su rechazo a la represión policial. Un día después de que la Metropolitana hiciera valer su poder y las topadoras se encargaran de que sólo quedaran en pie algunos árboles, entre todos participaron de la realización de una serie de murales alusivos a la violencia que se vivió en los parques del hospital cuando se demolía el Taller Protegido Nº 19.
Martín Abregú, coordinador general de las actividades del Frente, señaló a PERFIL que los murales “se realizaron como una forma de protesta pacífica y artística en repudio a lo que pasó el viernes 27. Fue una experiencia muy buena, una caricia que le hicimos al hospital después de tanta violencia”, contó el referente del grupo.
Entre las pinturas realizadas sobre las paredes de la ex Unidad Penitenciaria Nº 20 (actualmente ubicada en la cárcel de Ezeiza) sobresale un grupo de policías con sus escudos, y otra de uniformados reprimiendo y disparando sus armas.
Las tareas fueron coordinadas por el taller Voces de los Muros, integrante del Frente de Artistas del Borda.
Abregú indicó que la realización de murales continuará hoy y mañana con otras dos jornadas de protesta.
Recorrida. Montañas de hierros y escombros. Eso es lo que puede verse en el lugar donde hasta el viernes 27 de abril funcionaba el Taller Protegido Nº 19.
Ayer, varios de los profesionales y empleados del hospital que sufrieron en carne propia la violencia policial recorrieron junto a PERFIL el “campo de batalla” y recordaron los peores momentos de los enfrentamientos.
“Estaba detrás de un árbol protegiéndome de las balas de goma cuando la Metropolitana empezó a avanzar. Como no pude correr, dos mujeres policías me detuvieron y me arrastraron unos 300 metros”, cuenta apoyada en su bastón Cristina Díaz Alem, mientras señala el trayecto que hizo antes de ser enviada a la comisaría de la Metropolitana. El jefe del servicio de Psiquiatría 17, Guillermo Puerta, y el psicólogo Hernán Scorofitz también fueron reprimidos por la Metropolitana. El primero sufrió una perdigonada en la pierna derecha. “Estaba todo armado. Cuando me detuvieron, vi sobre la calle Perdriel varias ambulancias del SAME. Sabían de antemano que iban a reprimirnos y que habría heridos”, cuenta. Scorofitz, por su parte, también resultó lesionado durante los enfrentamientos al recibir varios golpes de bastón.
