En París, un hombre al volante de un vehículo atropelló a dos peatones y a un motociclista; además de colisionar contra una Ferrari. Para arrestarlo, la policía tuvo que romper con un bastón la ventanilla del conductor ya que este no salía de su auto.
El hecho ocurrió en las inmediaciones de la avenida los Campos Elíseos, la más importante la capital de Francia, cuando un coche de color gris frena de manera abrupta (“chillan” sus ruedas en el asfalto) para no atropellar a un peatón que cruzaba la calle. Este último, demostrando cierto manejo de esa situación se para sobre el paragolpes del auto.
Acto seguido, el conductor coloca reversa y en su camino embiste a un motociclista que venía detrás de él; frena, pone primera y al avanzar choca suavemente una Ferrari roja estacionada en el cordón de la calle. Nuevamente aparece en escena el peatón increpando al conductor y asestando una patada contra su coche.
Ante lo sucedido, y en un estado de enajenamiento el dueño del vehículo gris “funde” su pie en el acelerador en dirección al peatón y lo atropella de manera violenta y premeditada. Se detiene nuevamente, pone “marcha atrás” y colisiona con otro transeúnte.
Finalmente detiene su marcha y la policía local, que arribo ante el incidente, le solicita que descienda del auto, a lo que el conductor parce negarse. Los oficiales deciden romper el vidrio de la ventanilla y detener al agresor.