"Lo de pedir los documentos, me parece una típica política de Estado policial, que son el tipo de políticas que lleva Patricia Bullrich, una de las peores ministras que ha tenido este país", sostuvo la abogada Graciana Peñafort durante su paso por el Ciclo de Entrevistas de la Escuela de Comunicación de Perfil Educación. "Me parece una política espantosa. Solo está destinada a permitir que ellos puedan terminar su mandato con relativa paz", agregó.
Impulsora de la Ley de Medios durante el kirchnerismo, Peñafort fue crítica en esta entrevista con Daniel Santoro y Luis Majul. Pero se mostró de acuerdo con la visita que hizo Alberto Fernández realizó a un evento organizado por Héctor Magnetto. "La batalla nunca fue contra Clarín", aseguró frente a los estudiantes de Periodismo de Editorial Perfil.
—¿Qué piensa sobre la decisión del Ministerio de Seguridad de autorizar a la Policía a pedir documentos en las estaciones de trenes?
—Lo de pedir los documentos, me parece una típica política de Estado policial, que son el tipo de políticas que lleva adelante Patricia Bullrich, una de las peores ministras que ha tenido este país. Son medidas típicas de un Estado policial, que lo único que generan es tensión social, instauran una situación de malestar y son formas de ejercer la violencia. Ese es el problema de esas políticas discriminatorias, muchos sectores de la sociedad terminan acordando porque creen que esas medidas no les van a llegar, hasta que te llegan. El Estado tiene que tener las reglas claras desde un principio, no veo para qué pedir el DNI, me parece una política espantosa, solamente genera algún tipo de tensión social para permitir una presencia más activa de fuerza de seguridad en la vía pública. Solo está destinado a permitir que ellos puedan terminar su mandato con relativa paz.
—¿Qué opinión tiene sobre la discusión de una posible Conadep para periodistas?
—La Conadep se creó para investigar las atrocidades que había llevado adelante la dictadura militar sobre civiles. Es un legado histórico de los derechos humanos. Laura Alonso ha hablado de una Conadep de la corrupción y no me parece bien. La Comisión nos costó mucho como para que se la desprestigie de esa forma. No puede haber Conadep de otra cosa que no sean derechos humanos. Ha sido un enorme esfuerzo histórico del país y de (Raúl) Alfonsín en un momento débil de la democracia. Lo que me aterra es que cuando se dice Conade de los periodistas parece que se designa a la Conadep como un organismo de persecución, cuando fue todo lo contrario. Fue un organismo de memoria, verdad y justicia. Usar esa figura como sinónimo de persecución me parece una barbarie. Más allá de eso, entiendo el reclamo de sector de la sociedad sobre el pésimo ejercicio del periodismo que hemos tenido en estos años. Yo creo que la libertad de expresión incluye hasta el derecho a mentir. Los ciudadanos tenemos la facultad para controlar, consumiendo o no ese producto. Lo que no se puede hacer, y lo estamos viendo con el caso (Daniel) Santoro, es usar el ejercicio profesional para cometer delitos. Es muy difícil para el Estado regular el periodismo
—Desde 2009 en adelante es claro el enfrentamiento entre el kirchnerismo y Clarín, pasando por la causa Papel Prensa y la Ley de Medios, de la cual usted fue protagonista activa. Pero Alberto Fernández recientemente se reunió con Héctor Magnetto y lo mencionó de una manera amigable, ¿Es una batalla perdida la del kirchnerismo frente a Clarín?
—La batalla nunca fue contra Clarín. El problema de Clarín era que la ley afectaba un esquema de negocios. Alberto Fernández piensa de otra manera, tiene otra concepción respecto a cómo tratar con los medios de comunicación y me parece tan válida como cualquier otra, lo he dicho siempre e incluso el día después que sabíamos que iba a ser candidato a presidente. Yo no necesito pelearme con nadie, me importa cualquier política vinculada a los medios tenga en claro que los medios, antes que todo, son un derecho. Antes que cualquier otra cosa, yo entiendo que se gana dinero, que se vende detergente, que se ponen y se sacan presidentes. Me puede gustar más o menos, pero no podés legislar si no asumís que la información es antes que todo, un derecho y no un lata de sardinas. Cuando vos le prohibís a alguien el derecho al acceso de la información, la privación de ese bien no tiene manera de indemnizar. Por eso yo no creo que se pueda regular con los regímenes de Defensa de la Competencia. P
—¿Qué sintió cuando vio a Alberto hablando bien de Héctor Magnetto en el evento organizado por Clarín?
—Es lo que tiene que hacer. Me parece completamente normal, que el candidato a presidente hable con todos los sectores del poder, porque va a tener que gobernar con ellos. A la sociedad lo que no se puede hacer es mentirle. Cuando hicimos la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual la hicimos así: venían los medios comunitarios y nos describían su situación y los medios privados más grandes, también se juntaban con nosotros, discretamente. Sería absurdo pretender que alguien que quiere conducir el país, haya un sector con el que no se junte. Alberto me había llamado antes de la reunión, y le dije: “¡Sos el candidato a presidente! Tenés que juntarte y ser el candidato de todos". Después puede haber sectores que no te votan, pero vos tenés que hablar con ellos, me parece muy bien.
—¿Qué opinión tiene respecto a Luis Majul en su desempeño como comunicador?
—A mí me causa mucha gracia Majul. Hace poco entrevistó a Daniel Arroyo, que es un estudioso muy serio y, cuando el invitado decía algo, él miraba a sus panelistas y les preguntaba si Arroyo estaba diciendo la verdad. Pero cuando fue (Eduardo) Amadeo a decirle que van a bajar extraterrestres y nos van a pagar la deuda no lo cuestiona. Me parece básicamente un señor inofensivo, pero me divierte, es muy chistoso.
—¿Cuál será el futuro de los denominados “presos K” si se confirma que Alberto Fernández gana las elecciones presidenciales?
—Me parece que quien resulte presidente no va a definir el futuro de esas causas, porque esas causas tuvieron un inicio malo y no tendrán un destino final exitoso porque todas tienen problemas en la instrucción. Y es lo que está pasando, cuando las causas se elevan a juicio, porque la instrucción, que es la primera instancia, donde están los jueces como (Claudio) Bonadio o Ariel Lijo, son papelitos. El problema es cuando llega el momento donde se discute la verdad de los hechos, en el juicio oral. Y lo vimos con la causa que se llevó a juicio de obra pública, en la cual están juzgando cuando ni siquiera están las pericias. Están juzgando hechos que ni siquiera tienen completas las pericias. El ejemplo de Amado Boudou es un hecho único en la historia, es una condena por cohechos sin pericia económica.
—Hay quienes están especulando que Cristina, en caso de ganar Alberto, puede tener gran influencia en el armado político del Frente de Todos ¿Cuál considera usted que será el rol de ella en caso de llegar a la vicepresidencia?
—Cristina es mucho más institucionalista de lo que la muestran. Me parece que va a ser una buena vicepresidente y va a ser importante que lo haga, no va a ser un gobierno sencillo.
Por Luciana Alfie Luciana, Marina Diksaitis, Clara Fernández Tasende y Pamela Vargas
(Estudiantes de Primer Año de Periodismo de la Escuela de Comunicación de Editorial Perfil)