La princesa Astrid, hermana del rey Felipe de Bélgica, llega este lunes a nuestro país para una visita oficial a Argentina, en el marco de una gira comercial que incluye Uruguay y en la que estará acompañada por una comitiva de 45 funcionarios del gobierno belga y 137 empresarios belgas.
Se trata de la primera misió económica belga que llega al país desde 2008, visita que estuvo protagonizada por el entonces príncipe heredero Felipe. La agenda de la princesa, de 56 años, incluye una entrevista el lunes con la vicepresidenta, Gabriela Michetti, y el ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne. Además, será declarada "Huésped de honor" por la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
El martes 26, Astrid de Bélgica mantendrá una reunión con el canciller Jorge Faurie y participará en reuniones comerciales junto a su comitiva. En el marco de la denominada "Misión Económica Belga", la princesa estará acompañada por el viceprimer ministro del país europeo, Kris Peeters, y el titular de la cartera de Exteriores, Didier Reynders, entre otros funcionarios del gobierno belga.
Según ingformó el portal belga SudInfo.be, Astrid estará acompañada además por los ministros de Economía de Valonia, Pierre-Yves Joellet, y Flandes, Philippe Muyters, así como los secretarios para el comercio exterior Pieter De Crem -del gobierno federal belga- y Cécile Jodogne, que representa la Región de Bruselas.
La visita de la princesa se extendrá hasta el miércoles 27. Argentina y Bélgica estudiarán intercambios comerciales en los rubros farmacéutico, de alimentación y bebidas, de construcción, de servicios financieros y de transporte, entre otros. Posteriormente, Astrid se trasladará a Montevideo para continuar su gira comercial, y regresará a su país el 1 de julio, informó el diario belga Le Soir.
Astrid, princesa de Bélgica y Archiduquesa de Austria, es la única mujer de los tres hijos del rey Alberto II, quien abdicó en 2013, y la reina Paola. Caracterizada por ser una de las princesas más discretas de la realeza europea, en 1984 contrajo matrimonio en Bruseñas con el archiduque Lorenzo de Habsburgo, descendiente del último emperador de Austria, con quien tuvo cinco hijos.
Lejos del perfil habitual de las princesas europeas, que suelen ser famosas por su elegancia, Astrid adquirió un matiz "profesional" y en los años 90 los ciudadanos belgas la vieron como potencial reina, en detrimento de su hermano Felipe, quien todavía no estaba casado y al parecer no se había mostrado interesado en asumir su destino.
La princesa es uno de los miembros más populares y respetados de la familia real en Bélgica, sobre todo por su labor en el marco económico y cultura del país. Al igual que sus hermanos, realiza giras internacionales presidiendo comitivas económicas belgas para establecer relaciones comerciales con países en vía de desarrollo.