San Agapito de Cesárea, testigo de fe en la persecución romana
Mártir cristiano del siglo IV en Cesárea de Palestina. Su testimonio inquebrantable de fe frente a la persecución de Diocleciano.
El 21 de noviembre, el santoral católico no tiene una conmemoración única para San Agapito de Cesárea. El Martirologio Romano, sin embargo, recuerda a un mártir con un nombre similar, Agapius, junto a otros compañeros el 24 de marzo, en Cesárea de Palestina. Estos mártires dieron un testimonio de fe ejemplar al ser decapitados bajo el gobernador Urbano durante la Gran Persecución de Diocleciano a principios del siglo IV d.C.
Agapito de Cesárea: el martir decapitado en Tierra Santa
Los detalles precisos de la vida de Agapius (o Agapito) de Cesárea son escasos, pero su martirio está registrado en la historia de la Iglesia primitiva. Fue capturado por ser cristiano en Cesárea Marítima, el principal puerto y sede del gobierno romano en la provincia de Judea. En esa época, la fe cristiana era considerada una amenaza a la estabilidad del Imperio.
Junto con sus compañeros —incluyendo a Timolao, Dionisio, Pausides y otros—, este grupo de cristianos fue sometido a torturas y finalmente condenado a muerte. Su martirio se produjo durante una de las fases más violentas de la persecución de Diocleciano y Galerio, cuando se exigía a los cristianos sacrificar a los dioses paganos.
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La mención en los martirologios antiguos, como en el de San Jerónimo, asegura la realidad histórica de su sacrificio, independientemente de la escasez de detalles biográficos. El simple hecho de su decapitación es una prueba de su firme negativa a renunciar a Cristo bajo la presión de las autoridades romanas.
Los martirios de Cesárea, narrados en parte por el historiador Eusebio de Cesárea, demuestran la valentía de estos fieles ante el castigo. Agapius, al igual que los demás, priorizó su fidelidad a la nueva fe por encima de su propia vida, un acto que inspiró a muchos de sus contemporáneos.
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Su testimonio de fe se convirtió en un pilar para la comunidad cristiana de Palestina. El valor moral de su sacrificio, enfrentando al gobernador Urbano y a la maquinaria imperial, sirvió para demostrar que la fe no podía ser erradicada mediante la fuerza bruta.
La veneración de Agapius y sus compañeros se consolidó en la liturgia local, honrando su memoria como "cumpleaños" para el cielo. El recuerdo de estos mártires ayudó a fortalecer la Iglesia que, pocos años después, saldría victoriosa de la persecución gracias al Edicto de Milán.
Otros santos asociados al nombre son San Agapito de Palestrina (mártir el 18 de agosto) y San Agapito I (Papa de Roma, festejado el 22 de abril). Esta semana en el santoral católico se honra también a Santa Cecilia, San Clemente I y San Crisógono, entre otros mártires y figuras episcopales que forjaron la fe de la Iglesia.
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