Día 710: La segunda luna de miel y el carro del vencedor
Tras la victoria del 26 de octubre Milei está experimentando una suerte de nueva luna de miel y pico de popularidad a pesar de que el Frente Judicial con los casos de Libra de discapacidad lucen muy complicados para el gobierno
Nuestra columna del día de hoy día 710 "La segunda luna de miel y el carro del vencedor" obviamente nos estamos refiriendo a Javier Milei porque tras la victoria del 26 de octubre Milei está experimentando una suerte de nueva luna de miel y pico de popularidad a pesar de que el Frente Judicial con los casos de $Libra y de Andis lucen muy complicados para el gobierno.
Incluso otros casos como por ejemplo los escándalos vinculados a la senadora electa Lorena Villaverde y sus vínculos con el narcotráfico que implicarían tal vez que no pueda asumir su banca. El presidente parece estar ateflonado ser de teflón como si no le entraran las balas ¿Por qué Milei vive esta segunda luna de miel a pesar de la mala situación económica todavía y los escándalos de corrupción? ¿Qué números efectivamente tiene esta renovada popularidad y cuánto le durará=.
Vamos a tratar de contestar estas preguntas sirviéndonos de varias disciplinas además del análisis político. Primero vamos a la teoría de las ciencias políticas.
Se llama la teoría del carro del vencedor conocida en inglés con la palabra bandwagon effect que es un concepto central de la obra de la politicóloga alemana Elizabeth Noelle- Newman, aunque ella es mucho más famosa por el desarrollo de lo llamada Espiral del Silencio que se conecta obviamente con el carro de vencedor.
El carro Vencedor describe el fenómeno psicológico por el cual los individuos al percibir que una opinión un partido, un político, un candidato está ganando o goza de una popularidad creciente se sienten atraídos a unirse a esa mayoría o a expresarse a favor de ella.
La base de esta teoría radica la necesidad social de pertenencia del miedo al aislamiento y los seres humanos somos criaturas sociales que buscan la aprobación y evitar ser marginados. Cuando los medios de comunicación o las encuestas transmiten la sensación de que un lado está tomando una ventaja irreversible, este mensaje actúa como un imán.
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Las personas, especialmente aquellas indecisas o con opiniones débiles, se suben al carro del ganador o y podríamos decir no necesariamente con una convicción ideológica profunda sino para evitar el costo social de pertenecer a una minoría que se percibe como perdedora. De esta forma, el éxito de un candidato o partido se convierte en su propio motor de crecimiento, o sea, el éxito genera más apoyo.
Este efecto es un mecanismo clave que opera en la formación de la opinión pública especialmente durante las campañas electorales inmediatamente después de ellas. Y el carro del vencedor junto con su contraparte el efecto underdog que es apoyar al perdedor ilustra cómo la percepción de la opinión mayoritaria más que la opinión misma es un factor dominante a la hora de la decisión final del voto y luego del apoyo posterior.
Noelle- Newman argumenta que este comportamiento se amplifica por el rol de los medios de comunicación que al reportar continuamente sobre las ventajas de un lado validan y aceleran la tendencia haciendo que el individuo la sociedad perciba el apoyo al ganador como una opción segura y socialmente aceptable, Es un ciclo de retroalimentación donde la percepción de la victoria termina por moldear la realidad de los resultados finales o sea la retroalimenta.
Es decir, Milei cuenta hoy con el viento de cola del carro del vencedor. Es interesante porque nos ayuda a entender cómo construye el poder la política. Milei logró alcanzar apenas una primera minoría de 40% electorado del que fue a votar que es dos tercios del electorado, o sea, un tercio ni siquiera fue a votar, y con esta primera minoría gracias a este efecto puede aspirar a construir una mayoría. Este fenómeno cimentado en una innegable legitimidad electoral ha encontrado su correlato directo en los sondeos de opinión pública subsiguientes revirtiendo tendencias negativas y catapultando la valoración de su gestión a niveles que confirman la vigencia de su proyecto. Un artículo de ayer de Eduardo Palladini en el diario Clarín reveló que una encuesta amplia con una muestra de 6152 personas es testimonio más palpable de esta nueva etapa de oro político para Milei.
El titular que habla es de un pico histórico en el puntaje puesto al gobierno, subraya que la aprobación de la gestión no solo se recuperó sino que alcanzó su máximo nivel desde el inicio del mandato. Esto es fundamental, demuestra que el castigo electoral que muchos analistas preveían por la dureza de las medidas económicas no solo no se concretó sino que el resultado en las urnas sirvió como un catalizador de la confianza, convenciendo a un segmento de la población que aún dudaba sobre la necesidad o efectividad de un plan de shock a más que de aquellos que lo votaron que esto se repite siempre en cada elección.
El apoyo en las urnas se tradujo un inmediato apoyo en las encuestas cercano del 50%, es decir, 40% en las urnas inmediatamente genera un 10% más de aprobación demostrando que el electorado de la libertad avanza para ellos la victoria política es el termómetro más importante de la buena gestión, es decir valida la gestión. Esta tendencia es también confirmada por otras consultoras.
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Si bien el análisis, por ejemplo, de D'alessio Irol Berensztein es previo a octubre que situado la desaprobación de la gestión en un punto álgido cercano al 57%, la contundencia el 40% de los votos de La libertad Avanza actuó como un freno por lo menos a esa caída inyectando una dosis de estabilidad y credibilidad que los sondeos posteriores van recogiendo.
O sea, el pico histórico es la demostración de una recuperación meteórica impulsada por el voto. Otra consultora CB Opinión Pública venía anticipando la paradoja central de la política actual, la pérdida de aprobación de la gestión no se traducía en una derrota electoral.
Ahora el fenómeno es inverso, la victoria electoral sí se traduce en una mejora de la aprobación validando la tesis de que el presidente tiene una conexión directa con la base y validando nuevamente la tesis de Noelle- Newman del carro del triunfador. La clave de este buen momento reside en la resiliencia a la imagen personal del presidente y el respaldo de su base dura. Si bien la aprobación de la capacidad de gestión sigue siendo sensible a la coyuntura, el liderazgo del jefe de estado se mantiene intacto.
El presidente sigue siendo visto como el único capaz de llevar adelante cambios estructurales que la sociedad demanda. Y los sondeos confirman una fidelidad fuerte entre los jóvenes y los sectores de más altos ingresos. Este núcleo duro, ahora expandido por la victoria, es el que impulsa este pico histórico de aprobación.
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Sin embargo, estos números también explican un límite en esta segunda fase de la luna de miel. Una hegemonía que araña el 50% de la opinión pública en general. Luego de los planes de estabilización Alfonsín o Menem superaron los resultados de Milei, incluso Cristina Kirchner en 2005 con el peronismo dividido le ganó a Chiche Dualde con el 45% de los votos.
El plan de estabilización tanto de la era kirchnerista como del interregno de Duhalde fue llevado adelante por el ministro de Economía Roberto Lavagna con el cual se puede ver la legitimidad del modelo económico en aquel momento. Lejos de esta situación está el plan de estabilización de Milei que fue menos expansivo que los otros. O sea, podríamos decir incluso los últimos seis meses recesivos tras los cuales además de bajar la inflación en los otros había crecido el consumo, lo opuesto que sucede ahora.
¿Cuánto puede durar entonces este efecto teflón o blindaje o segunda luna de miel? Un ejemplo paradigmático en la historia fue la segunda experiencia de gobierno de Napoleón Bonaparte que se conoce históricamente como el imperio de los cien días. Es un periodo dramático que abarcó desde el 20 de marzo de 1815 con su regreso a París hasta el 8 de julio de 1815 cuando Luis XVI fue restaurado en el trono. Y este efímero retorno al poder tras su exilio en la isla de Elba es un testimonio de un carisma perdurable y de su genio político militar.
Tras el desembarco, el avance de Napoleón hacia París fue un fenómeno político sin precedentes. Las tropas enviadas para arrestarlo se unían a él y a su causa. El mariscal Ney quien había prometido al rey traer a Napoleón en una jaula de hierro terminó por abrazarlo. El retorno fue esencialmente una revolución incruenta mostrándole la lealtad al imperio que seguía arraigado en sectores claves especialmente el ejército.
Sin embargo, esta segunda etapa no fue una mera repetición del consulado o del primer imperio de Napoleón quien regresó consciente de que el fervor revolucionario ya no era suficiente, que el mundo había cambiado. Que intentó presentarse como un monarca liberal promulgando el acta adicional a las constituciones del imperio redactada por Benjamín Constant y este documento eh pretendía establecer un sistema más representativo con cámaras elegidas y una monarquía más limitada buscando obtener así el apoyo de los liberales que antes lo habían combatido.
Pero a pesar de sus esfuerzos por consolidar el gobierno pacífico y constitucional las potencias aliadas entonces Gran Bretaña, Austria, Prusia y Rusia se negaron rotundamente a reconocer la legitimidad de Napoleón y declararon a Napoleón fuera de la ley.
Movilizaron inmediatamente sus ejércitos, esto forzó a Napoleón a centrarse casi exclusivamente en la defensa militar drenando los recursos y el tiempo que debía dedicar a la consolidación interna de su región. La presión internacional culminó con la campaña de Bélgica.
Napoleón buscó derrotar a los ejércitos aliados por separado antes de que pudieran unirse. El clímax de los 100 días como todos saben fue la batalla de Waterloo 18 de junio de 1815 y tras una derrota decisiva en manos del duque de Wellington el ejército prusiano y el sueño imperial de Napoleón se desvaneció. Napoleón abdicó por segunda vez el 22 de junio de ese año y su segunda experiencia de gobierno aunque marcada por un breve intento de liberalización fue fundamentalmente una carrera contra el tiempo. La voluntad implacable de Europa de impedir su permanencia en el poder con el exilo final como todos saben en la isla de Santa Elena. El periodo los 100 días se selló como una épica con un trágico postscriptum a su carrera.
¿Por qué fue derrotado Napoleón? Bueno, sus adversarios tenían la firme convicción de unirse contra él porque ya tenía la experiencia de lo que significaba su avance imperial. Esta es una de las claves de los problemas de las segundas partes, el recuerdo de todo lo que fue negativo en la anterior sigue generando dificultades.
Otro aporte al concepto del carro del vencedor en la política y su posterior desvanecimiento nos lo aporta la psicología. Vamos a recurrir nuevamente a Lacan como hicimos otras veces en estas columnas para entender algo de este malestar que son las idealizaciones que se dan en el romance y que también se dan en la política. El encuentro amoroso inicial, por ejemplo, aquello que llamaríamos la primera vez de una relación, se inscribe en la permanencia del campo de Tiché, el concepto de Lacan que forma para referirse al azar o a la contingencia. La primera relación irrumpen la vida del sujeto como una ocasión fortuita, un golpe de suerte o un accidente que rompe con la rutina.
Y en ese momento fundacional domina la idealización. El sujeto tiende a proyectarse sobre ese otro ideal y construye una ilusión de que esa persona es un objeto completo y que al fin vendrá a colmarlos y a taponar su falta constitutiva que todo ser humano arrastra. Es una fase cargada de ilusión donde la fascinación por la novedad intenta velar el hecho de que el encuentro es fundamentalmente un encuentro fallido, un encuentro con lo real aquello que el otro resulta inasible y escapa toda eh simbolización.
Por el contrario, el retorno a una relación después de una ruptura, un segundo intento, abandona ya esa lógica de azar y se sitúa en el lo que llamaba Lacan el "autómaton". Ese término remite a la repetición a la compulsión a volver una y otra vez al mismo lugar. La segunda vez ya no está marcada por el asombro del encuentro inaugural sino por la necesidad inconsciente de revisar la escena anterior.
La idealización ya ha caído, el sujeto vuelve a la relación con saber de la falta, sabe que el otro no es un objeto completo, le conoce las fallas, las heridas que lo llevaron al quiebre. ¿Cuánto esto podría haber en el caso de Miley, no? Y el motor de estos retornos es el deseo de reparación, el intento de obtener por fin aquello que la primera vez fue negado o de reescribir aquello fallido. La relación reanuda bajo la sombra del fracaso absoluto donde aquella pureza de la ilusión ha sido reemplazada por la historia del dolor y la repetición de los patrones ya establecidos.
La primera vez la luz era de Tiché, la segunda la sombra bajo autómata. Esta segunda luna de miel entonces del gobierno de Milei pasa por algo similar. El renovado apoyo que se le da a Milei parte de una anterior ilusión que despertaba una figura tan atípica y disruptiva, parte de la falta de opciones. Es una buena campaña que planteaba no volver al pasado. Se lo eligió a Milei como algo de la esperanza de que efectivamente sea algo mejor sabiendo que el dolor que conllevan sus medidas.
¿Cuánto puede durar este segundo romance y esta luna de miel?
Decíamos, la primera etapa de una relación conocida como popularmente la fase luna de miel o el enamoramiento intenso se caracteriza por esa alta idealización, la novedad, una poderosa carga bioquímica que impulsan las hormonas. Y esta fase de gracia y ceguera emocional tiene una duración que los estudios psicológicos y neurocientíficos suelen coincidir más o menos que oscila entre 6 meses y 2 años.
Por otro lado, la duración de esta segunda etapa después de una ruptura es significativamente diferente. Si la pareja decide retomar el vínculo, la fase de reenamoramiento validación del compromiso se acelera drásticamente dado que ya existe un historial compartido. No hay tiempo para el desarrollo lento de la reolación mutua.
La relación se enfrenta inmediatamente a los conflictos no resueltos y en estos casos la nueva fase de prueba puede durar un lapso mucho más breve de 6 meses y aquellos iniciales llegando rápidamente a una nueva estabilidad o un segundo fracaso.
El principal factor entonces que define la duración de la pareja logra romper el patrón de la repetición que llevó a la primera ruptura. Y si no lo logra el vínculo puede estabilizarse en una cronicidad de ciclos de reconciliación de conflicto que se prolongan de forma indefinida sin alcanzar una verdadera madurez.
Es decir, Milei debe mejorar la relación concreta de la mayoría de los argentinos para que esta segunda chance no sea una nueva repetición del electorado que todavía no vimos los efectos expansivos de su plan de estabilidad.
Hay una nueva chance para Milei y esta chance es que luego de la decepción de buena parte electorado que vio como sus condiciones de vida se deterioraban y muchas de las prácticas de la vieja política como la corrupción o los vínculos con el crimen organizado no solo no se radicaban sino que además seguían con total desparpajo. Esto hace que la tolerancia sea menor como en las segundas partes de una relación amorosa.
Es momento de recibir algo del beneficio que Milei prometió cuando dijo "Lo peor ya había pasado.". Ayer Javier Milei exultante dijo "Abróchense los cinturones habrá más reformas." Y pronosticó que ganará en primera venta primera vuelta perdón una eventual reelección.
En cualquiera de los casos tiene por lo menos 100 días de absoluto empoderamiento para hacer las reformas que pregona y dependiendo como ellas resulten luego en la práctica a lo largo de 2026 en beneficio de la mayoría de los argentinos podrá transformar ese ciclo de enamoramiento en amor maduro y duradero o en una nueva y más rápida desilusión.
Los votantes le dieron un crédito que deberá devolver si cree que recibió un cheque en blanco podrá chocar con la realidad si no logra generar el crecimiento económico que promete desde que era candidato.
CP/DCQ
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