Análisis Político

Manuel Zunino: "De cuatro elecciones, Kicillof ganó tres y empató una"

El especialista en Estado, Gobierno y Democracia afirma que “probablemente apelará al miedo o al fantasma del kirchnerismo, pero lo que estamos viendo es que ese relato no resulta muy efectivo”. Advierte que la carrera electoral de octubre tendrá dinámicas distintas a las de la provincia de Buenos Aires.

Manuel Zunino Foto: CAPTURA DE YOUTUBE

El analista político y especialista en Estado, Gobierno y Democracia, Manuel Zunino, afirmó a partir de sus declaraciones en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) que “de cuatro elecciones, el gobernador bonaerense Axel Kicillof ganó tres y empató una”. A su juicio, este desempeño evidencia su fortaleza y su capacidad de gestión, un factor clave que podría influir en las expectativas y resultados de las elecciones de octubre.

El sociólogo Manuel Zunino, especialista en Estado, Gobierno y Democracia, se desempeña además como director asociado de Proyección Consultores, donde realiza análisis políticos y sociales detallados. A su vez, advierte que la imagen positiva del presidente Javier Milei viene mostrando una clara tendencia a la baja en los últimos meses.

¿Los estudios te llevan a un pronóstico de las elecciones de octubre similar o distinto al que se registró en la provincia de Buenos Aires en septiembre, tanto a nivel provincial como nacional?

Nosotros recién estamos empezando a evaluar el escenario electoral de octubre. Creo que, así como fuimos muy prudentes en la provincia de Buenos Aires con una elección que comprendía ocho secciones electorales y 135 elecciones municipales, ahora también hay que mantener esa prudencia, porque estamos hablando de 24 elecciones, cada una con su particularidad y con un escenario provincial, sobre todo local, muy distinto.

Lo que estamos viendo, que es lo que evaluamos por elecciones, indica un cambio en las expectativas. Antes, sobre todo en el voto peronista, había una pulsión antimiley que ahora se transforma en una pulsión positiva a favor del peronismo y también del gobernador Axel Kicillof. Creo que en ese sentido hay un cambio de perspectiva.

Además, sobre todo en provincia, hay que analizar tres segmentos: el que no fue a votar —unos 500.000 que probablemente se sumen en la próxima elección—; el que votó en blanco, que son otros 500.000, redondeando y desentificando; y los que votaron espacios muy chicos, que sacaron en promedio cerca de siete puntos y que, en su mayoría, no participarán en la próxima elección nacional. Me parece que comienza una carrera distinta.

El gobierno esperaba jugar octubre con una cancha mucho más favorable y ahora enfrenta un escenario diferente. Esperaba jugar, digamos, con el jefe del árbitro a su favor y la pelota en sus pies, pero ahora tendrá que desenvolverse en un terreno más complicado, con el peronismo recuperando autoestima y con ganas de salir a jugar el partido, y además el nuevo espacio de los gobernadores le presenta otros desafíos en el resto del país.

O sea, concretamente, ¿creés que La Libertad Avanza va a poder mejorar el porcentaje a nivel nacional que obtuvo en la provincia de Buenos Aires, llegando al 40%, o que se va a quedar más cerca del 36%?

Creo que le va a costar mucho ajustar ese número. Me parece todavía muy prematuro para saberlo. Probablemente apelará al miedo o al fantasma del kirchnerismo, pero lo que estamos viendo es que ese relato no resulta muy efectivo.

Lo que consiguió apelando al antikirchnerismo y al antiperonismo fue justamente lo que sacó en la última elección de cara a la próxima. Si solo tiene para ofrecer a la sociedad esa narrativa, me parece muy difícil que logre atraer a otros votantes, porque, en general, la gente usa las elecciones de medio término para enviar un mensaje al oficialismo o a la oposición. En ese sentido, La Libertad Avanza termina construyendo una trampa en la que ya entró, nacionalizando la última elección, y además el contexto socioeconómico y político complica al gobierno para construir una narrativa potente.

Se me ocurre una conjetura para preguntarte: en 2023, La Libertad Avanza tuvo más voto en el interior que en la provincia y la ciudad de Buenos Aires. Podría repetirse eso, aunque la provincia represente el 38% del total, casi uno de cada cuatro votantes. Es posible que en el interior mejore el porcentaje que tuvo en la provincia y, por lo tanto, aumente también su porcentaje a nivel nacional. ¿Es una hipótesis plausible?

Obviamente, el interior siempre fue más favorable a Milei. También lo veíamos en estudios de opinión pública, en términos de imagen y evaluación de la gestión, pero además hay que considerar provincias claves como Santa Fe y Córdoba, algunas provincias de la Patagonia donde les fue bien, y del norte, donde también tuvieron buenos resultados. Vemos que el armado de La Libertad Avanza no termina siendo completamente eficiente. Además, un gobierno que parecía invencible, que parecía no necesitar a nadie, vio caer ese mito que intentaron construir.

De todas maneras, Milei va a intentar recostarse en el interior y en la ciudad de Buenos Aires, que se supone será la primera fuerza, pero hay que analizar muy puntualmente provincia por provincia, porque no solo se trata de cantidad de votos, sino también de la expectativa que generó el propio presidente depintar el país de violeta, algo que ya parece descartado. Me parece muy difícil que el país se pinte completamente de violeta.

Imagino que el gobierno solo logrará reemplazar diputados aliados de la Unión Cívica Radical y del PRO por diputados propios, pero en la suma la debilidad parlamentaria seguirá similar a la que tuvo entre 2020 y 2023.

Coincido con esa interpretación. Me parece que el gobierno quería ampliar su presencia, pero en todo caso solo logrará cambiar de camiseta a algunos diputados, digamos, los que eran sus aliados con los que negociaban, los que estaban dentro de La Libertad Avanza pero eran prestados de la última elección. Obviamente, esos diputados serán propios, pero lo que probablemente no podrá celebrar el gobierno es un aumento real en la cantidad total de parlamentarios propios.

Había tres formas de leer la elección del 27 de octubre, después del 26 de octubre: cantidad de votos, que hay que analizar provincia por provincia; el color del mapa, donde también se cae, como mencioné antes, la idea de que el país se pinta violeta; y la cantidad de legisladores, donde probablemente La Libertad Avanza mantenga la misma situación parlamentaria, aunque con algunos violetas más que compensan a los que se van, menos aliados.

Un personaje relevante para este análisis sobre el interior, especialmente al hablar de las mayores preferencias por Milei, es Juan Schiaretti. Pasó de las PASO, con aproximadamente 3,5%, a las elecciones generales, alcanzando el siete por ciento, casi duplicando lo obtenido en las primarias. ¿Creés que ahora Provincias Unidas, ya sin el cordobés como primus inter pares, podría duplicar nuevamente y llegar a más del 10%, casi al 14%?

Todo indica que Schiaretti puede ganar la provincia de Córdoba. Esos son los datos que uno maneja hasta ahora, e incluso por una amplia diferencia. Es casi, te diría, lo más probable. Obviamente, el escenario de Argentina cambiaría minuto a minuto, pero lo más probable es que La Libertad Avanza (LLA) en Córdoba se mantenga así, y que parecen consolidarse dos grandes figuras de acá para adelante: una es el cordobés, que aglutina Provincias Unidas, y la otra es la cuyo triunfo en la provincia de Buenos Aires es indiscutible.

La sociedad puede cambiar. Milei, no.

Parece que no se puede subestimar al gobernador Kicillof. Primero, porque en el interior del peronismo nadie le discutía su honestidad ni su capacidad de gestión, y además mostró pericia política. La jugada que realizó fue arriesgada, incluso a contramano de algunos sectores propios, y le salió bien. Si lo pensamos en términos estadísticos, disputó cuatro elecciones, ganó tres y empató una —la de 2021—, y le ganó a dos invencibles: María Eugenia Vidal y al mileísmo, cuando parecía que nadie lo podía derrotar. Así que me parece que son las dos grandes figuras que hay que observar.