Nicolás Wiñazki recordó a Jorge Lanata a un año de su fallecimiento
El periodista homenajeó el legado del fundador de Página/12, a quien definió como “el gran comunicador de las últimas décadas” y un "hombre libre" que marcó una época del periodismo argentino.
Nicolás Wiñazki recordó a Jorge Lanata a un año de su muerte y repasó su carrera en el periodismo argentino. En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), el periodista afirmó que el conductor de Periodismo Para Todos “quería que lo leyeran cien millones” y agregó: "Hay muchísimas cosas que él comunicaba como nadie".
Nicolás Wiñazki es un periodista e investigador. Estudió Letras en la Universidad del Salvador. Se destacó por sus investigaciones sobre casos de corrupción, siendo pieza clave en el descubrimiento del caso Ciccone en la ruta del dinero K, las causas Hotesur y Los Sauces. Es coautor del libro La dueña (2013), escrito junto a su padre, Miguel Wiñazki, y autor de Fueron por todo (2017). Ese mismo año recibió el Premio Konex, Diploma al Mérito, como uno de los mejores investigadores periodísticos de la década en la Argentina.
La trayectoria de Jorge Lanata y el periodismo como sinónimo de disrupción
En un día como hoy, se cumple un año de la partida de Jorge Lanata y queríamos que vos, que lo querías tanto y que te quería tanto a vos, compartieras cierto homenaje. Queríamos una reflexión tuya en general sobre qué representa Lanata en el periodismo argentino.
Me es difícil separar a Lanata, el que yo viví en forma personal, del Lanata periodista, porque él siempre decía que vivía al aire, y realmente la gente que lo veía en la tele lo conocía. Él era así, vos lo conociste. Él se definió como uno de los últimos editores que había en la Argentina. En ese grupo te incluía a vos, incluía a Roberto Noble, a Julio Ramos, a gente que podía crear medios. Para mí fue el gran comunicador de las últimas décadas, de modo definitivo. Fue muy talentoso, muy divertido, y era alguien que quería llegar.
Él siempre me contaba que en Página 12 se enojaba con (Horacio) Verbitsky porque Verbitsky escribía, como siempre, notas muy largas. Le decía: “Perro, te van a leer pocas personas”. Y Verbitsky le decía: “Yo quiero que me lean cien personas”. Y Lanata me decía a mí: “Yo quiero que me lean cien millones, boludo”. Él quería llegar a la mayor audiencia posible y me parece que, de algún modo, lo logró con un programa periodístico y por el modo que tenía de comunicar.
En unos Martín Fierro, cuando tuve la suerte de estar ahí arriba, se paró y dijo “la grieta”, y fue espontáneo, y quedó. Y así hay muchísimas cosas que él comunicaba como nadie. Él después también podía ser cabrón, discrecional, brutal, se enojaba, pero en el fondo era una buena persona y fue un hombre libre. Y ser un hombre libre a veces trae sufrimiento. Cuando todo el mundo dice “mirá para allá” y alguien dice “no, miren para acá”, eso tiene un costo.
Entrevistamos a una persona del mundo de la cultura argentina que vive en Francia sobre Brigitte Bardot y planteó que Bardot había sido libre y parte de la revolución femenina de los años 70 y que había representado a Francia. La palabra que utilizaba era “libre”, que tiene mucho que ver con Francia, y es opuesta a la palabra libertad que utiliza Milei. En Francia es una libertad que se consigue en conjunto. Acá la interpretación que hace Milei es una libertad individual. Pienso que ahí hay un punto de contacto con lo que tenía Lanata, esa libertad iconoclasta que caracteriza a algunas personas que tienen ese don y que representan una época. Obviamente, con la palabra “grieta” marcó y bautizó una época que hoy sigue llevada al paroxismo.
En la última entrevista que le hice, Lanata dijo: "Hay mucho miedo. Yo me he encontrado con que a Milei le tienen miedo, su propia gente le tiene miedo. ¿Por qué hay más oficialismo ahora que antes? Yo creo que puede ser ese miedo o pueden ser intereses de algún tipo. Es muy difícil para mí hoy ver el panorama completo de lo que está pasando, porque hay muchas contradicciones en el Gobierno. Ellos mismos asumieron sin tener la gente que tenían que tener, la sacaron de cualquier lado. Hablaban contra la casta y después llamaron a la casta.
Además, la sociedad está en un magma. Para mí es difícil decir cómo termina esta historia. Yo creo que la gente votó a Milei de una manera completamente irracional y lo votó diciendo: 'Bueno, ¿sabés qué? Nos vamos a cagar en todos. Vamos a iniciar así, de que se vayan todos a que venga cualquiera'. Y ahora están empezando a preocuparse. Todavía no están súper preocupados, pero ahora están todos empezando a preocuparse. La gente de clase media, que el colegio le cuesta 600 lucas, empezó a pensar: '¿Habré hecho bien?'. Eso es lo que yo creo que se está viviendo hoy". ¿Qué diría hoy?
Algo parecido, supongo, pero con la gente más preocupada. Al mismo tiempo, después de un triunfo en las elecciones que fue para algunos sorpresivo y fue en todo el país, porque volvió a ganar en todo el país con candidatos que nadie conocía. Voy a decir algo que está mal: ni yo me acuerdo del candidato que ganó en Santa Fe, por ejemplo, de La Libertad Avanza. Eso sigue estando porque también sigue estando el kirchnerismo. Aparece todo el tiempo y eso también lo utiliza bien Milei, como Cristina en el balcón, que ojalá se ponga bien.
Fue un voto contra algo el que llegó a la presidencia, y ya el voto de la legislativa es más extraño. No hay nadie del otro lado. Y sí hay oficialismo en los medios. Yo creo que fue mucho más brutal en el kirchnerismo. Jorge lo vivió como nadie. Hay algo kirchneriano en los libertarios, en el modo de ejercer el poder. A Milei le importa mucho la política. Él deja trascender que no, que le importa la economía, que la política la aburre. No es así. A Milei le importa muchísimo y ejerce el poder. Le gusta ejercerlo. Después cómo lo hace es otra cosa. Pero miralo a (Mauricio) Macri. Eso es impresionante. Ejerce el poder. Ahí está con el nuevo Congreso. Fue pragmático cuando tuvo que dejar de putear a todo el mundo y dejar de putear al Congreso, lo hizo. Iba a vetar la ley del Presupuesto, pero se bancó que salga como saliera y se bancó suspender ahora la reforma. Cada tanto aparece Milei con el que ganó las elecciones, haciendo campaña, como fue ese acto en el Movistar Arena, que muchos no entendimos, que evidentemente algo generó en su militancia. Es algo nuevo. Hasta ahora yo creo que venía lo más viejo de lo nuevo. Milei es algo nuevo y es muy difícil decir cómo va a terminar.
Lanata también en algún momento lo había definido como "el último delirio" al mileísmo. Si le va mal, yo no sé qué es lo que puede pasar. Hay mucha gente que quiere que le vaya mal. Yo quiero que le vaya bien. También hay cosas que veo que hace mal y que hacen mal, pero ahí está. Van dos años nada más. Hizo un gobierno en fast track también. En dos años cerró con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se peleó con el Fondo, tuvo la primera huelga general de la CGT, se peleó con la vicepresidenta de modo brutal como nunca antes había pasado. Ni con Cristina (Kirchner) y Alberto (Fernández) ni con Cristina y (Julio) Cobos se peleó con el Congreso, y se amigó con el Congreso en un día solo, que ahora nos olvidamos, se peleó con todos los gobernadores, con todos, inédito. Después se fue amigando. Es todo el tiempo muy vertiginoso. Creo que parte de eso está pensado, pero cuando tiene que cambiar demostró que sabe hacerlo. Ahora, ¿cómo va a terminar? Me encantaría preguntárselo a Lanata ahora.
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Encontré una asociación libre entre Brigitte Bardot y el gordo Lanata: el capital simbólico. Quien hablaba de Bardot decía que ella, por sí sola, solo por su capital simbólico convirtió un pequeño pueblito de pescadores como Saint-Tropez en el centro del jet set internacional. Y el gordo Lanata, con su capital simbólico, transformó el periodismo, fundamentalmente el periodismo de investigación. Eso al principio era rechazado por el establishment periodístico. De hecho, cuando vos mencionabas lo de los fundadores, la mayoría de esos fundadores nunca estuvieron en la academia de periodismo. Inclusive uno podría ir a grandes periodistas podría ir a periodistas que fueron resistidos, por ejemplo, y para nada quiero hacer una defensa, pero Bernardo Neustadt es un ejemplo. ¿Cómo cambiaron los hábitos del periodismo, que no hacía periodismo de investigación, no era protagonista, no se firmaba, para poner un ejemplo, a este periodismo actual? ¿Y qué resistencia tienen, no sé si llamarlo así, los más viejos respecto de esta forma de hacer periodismo?
Yo ya me siento de los más viejos. Hay cosas que se me escapan de las redes y hay mucha información en las redes. Yo no sé si hay resistencia. Jorge también era muy joven. Siempre sabía qué tema estaba de moda. Él tenía como una antena especial. Respecto al academicismo, cuanto más formado estás es mejor, pero el periodismo es calle, que no es ni bueno ni malo y se tiene o no se tiene. Y él además tenía esa percepción que podían tener Neustadt o gente que tiene muchísimo rating, como Mirtha (Legrand) o Susana (Giménez). Él era popular.
Hay que explicar la ruta del dinero K de un modo que se entienda. Nosotros teníamos un chiste interno, que es que todavía no lo entendemos porque es un caso complejo. Otra cosa es “el vicepresidente se robó la máquina de hacer plata”, o puede pasar con el caso $Libra, que es más difícil de explicar, y después aparecen los audios de (Diego) Spagnuolo diciendo “robamos”. Verbisky le criticaba y hablaba del "infotainment". Él quería informar así y la verdad que el tiempo le dio la razón porque él informó divirtiendo. Yo hace poco veía un video donde había metido una llama en el estudio de Canal 13. Y claro, el animal hizo caca en el estudio. Y él lo dijo al aire y todos se rieron. Un consejo de él era muy sincero. Él decía que había que ser sincero, que la tele te desnuda y que la gente te ve cuando hay una pose. O que lo ve también con periodistas que fueron de un lado, del otro.
Cómo conjugar lo que viene con lo anterior es muy difícil. Yo me siento de gráfica y me cuesta ser un periodista anfibio, como pasa ahora. Hoy todos somos anfibios, pero algunos nacen anfibios y otros tuvimos que aprender. Creo que en el fondo siempre es lo mismo: es la información. La información puede estar en un tuit o en un streaming, pero tiene que ser bien chequeada, tiene que ser comunicada. Puede ser de un modo que divierta o no, o al estilo BBC. Habría que ver qué pasa en la Argentina bien seco, que sería una novedad. En el mundo no está pasando, pero es muy interesante verlo cuando ves un noticiero clásico.
Lanata fue único. Nos metimos en el hotel de Cristina a dormir y cuando entramos me llamó y me dijo: “Vení a la habitación”. No es que fue algo oculto, hizo una reserva. Esa carcajada no me la olvido más, de haber entrado ahí y estar con pijama, y eso era comunicar. Yo te puedo explicar ahora cómo el hotel Los Sauces se usó para lavar dinero a través de los contratos con el contratista de la obra pública. Jorge se metió en pijama en la cama del hotel y se rió, y después estaba la otra explicación. Fueron años que me los acuerdo como el titular un cuento que es “La larga risa de todos esos años", porque nos divertimos mucho. También sufrimos mucho porque hubo una persecución real, y los testigos de corrupción también. Pero él siempre decía lo mismo: hay que ser mejores. Cuando pusieron a Boca y a River a competirle a Periodismo Para Todos él decía: “No pasa nada, hay que ser mejores”. Y era exigente. Lanata laburaba veinte horas por día. Él llegaba antes que yo a la radio, me puteaba porque yo llegaba después. Fue también ejemplar en ese sentido, hasta haciéndose diálisis.
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Son características absolutamente singulares, que no se dan continuamente. Aparecen cada tanto, tardan décadas. Y Lanata refundó al periodismo argentino. Creo que la anfibiedad originada en la escritura también permite un grado de solidez que lo distingue. Y creo que otro de los elementos que tiene, que es un don, que eso no se aprende en ninguna escuela de periodismo, que es la capacidad histriónica. Él tenía una capacidad histriónica que es un don, como lo tienen los buenos actores, que para la comunicación puesta al servicio del lenguaje verista, como es el del periodismo, era una combinación fantástica.
Muchos nos acordamos de las notas de corrupción de Lanata en PPT, y Lanata hizo grandes notas que tuvieron que ver con lo social y que pegaron muchísimo, como la de la chica que lloró porque tenía hambre en Tucumán. Y después en PPT, el hambre de agua. Eso también para mí fue muy importante. Mucha gente lo recuerda por todo lo que tuvo que ver con los grandes casos de corrupción, pero después hubo denuncias de hambre y de los feudos en las diferentes provincias que siguen siendo muy actuales. Ir y mostrar el hambre lo hizo como nadie Jorge. Era una manera de mostrar la corrupción no en cash, sino en falencia.
Y si querés ir para atrás, lo mismo en la época del menemismo. No era simplemente en la época del kirchnerismo. Como dice Horacio Verbitsky, el periodismo es mostar aquello que alguien no quiere que se sepa. Son distintas formas y todas muy válidas de periodismo.
TV CP