India está ganando la lucha contra la pobreza
Entre 2011 y 2024, cayó drásticamente en todos los grupos sociales y religiosos, reflejando un crecimiento económico inclusivo bajo el gobierno de Narendra Modi.
Contrariamente a la creencia popular, la democracia es mucho más que celebrar elecciones o garantizar la transferencia pacífica del poder político. En esencia, la democracia reside en el deber de los representantes electos de responder a las necesidades fundamentales de todos los ciudadanos -especialmente los marginados y vulnerables-, independientemente de su afiliación política o religiosa. Reducir la pobreza y fomentar el desarrollo inclusivo son fundamentales para cumplir con esta responsabilidad democrática.
Es importante reconocer que la pobreza no es simplemente una falta de ingresos y de acceso a las necesidades básicas. La pobreza niega la dignidad de las personas, bloquea la movilidad social e impide la participación plena e igualitaria en la sociedad. Desde esta perspectiva, la reducción de la pobreza es una métrica útil para evaluar la responsabilidad de un gobierno.
India ofrece un caso de estudio sorprendente. Durante los 11 años de mandato del primer ministro Narendra Modi, el país ha experimentado un crecimiento económico acelerado. Ahora bien, ¿ese crecimiento ha sido verdaderamente inclusivo? ¿Ha mejorado significativamente la vida de los más desfavorecidos?
En 2014, un grupo de expertos dirigido por Chakravarthi Rangarajan, exgobernador del Banco de la Reserva de la India, introdujo una nueva métrica para medir la pobreza, que constituye una herramienta valiosa para evaluar el progreso del gobierno indio. Conocida como la “línea de Rangarajan”, esta métrica incorpora tres características que la convierten en un parámetro fiable. En primer lugar, utiliza el método del Período de Recordatorio Mixto Modificado (MMRP, por sus siglas en inglés), que se basa en datos detallados del gasto en una amplia gama de bienes y servicios para obtener una visión general precisa de los patrones de consumo reales.
En segundo lugar, el componente alimentario de la línea de Rangarajan se basa en las directrices en cuanto a dieta del Consejo Indio de Investigación Médica, lo que garantiza que el umbral de pobreza refleje las necesidades nutricionales básicas. Por último, el umbral de pobreza urbana de Rangarajan otorga la debida importancia a los gastos no alimentarios esenciales, como la educación, el alquiler de la vivienda, el transporte, el combustible y la atención médica. Utilizamos los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) estatal para cada componente, con el fin de tener en cuenta la inflación alimentaria y no alimentaria, y estimar los niveles de pobreza a lo largo del tiempo. Los datos sobre el consumo se basan en los datos robustos y representativos a nivel nacional de las Encuestas de Gasto de Consumo de los Hogares de 2011-12 y 2023-24, realizadas por el Ministerio de Estadística e Implementación de Programas.
Narendra Modi
El análisis revela una drástica disminución de la pobreza en los últimos 12 años, con tasas rurales, urbanas y nacionales que convergían en torno al 3,9% en 2023-24 -comparado con el 30,4%, 26,4% y 29,5% en 2011-12, respectivamente-. En términos absolutos, 302 millones de personas han salido de la pobreza en India en los últimos 12 años. Incluso considerando la intensidad de la pobreza, se observa una mejora significativa, con una reducción de la brecha de pobreza del 18,4% en 2011-12 al 10,2% en 2023-24. Eso significa que la persona pobre promedio ahora está mucho más cerca de la línea de pobreza que hace diez años, lo que implica una mejora significativa del bienestar incluso entre quienes aún viven por debajo de ella.
Estas cifras también revelan reducciones sustanciales de la pobreza en todas las comunidades religiosas, especialmente entre los dos grupos más numerosos de India, los hindúes y los musulmanes. En las zonas rurales, la tasa de pobreza entre los musulmanes era del 31,7% en 2011-12, ligeramente superior a la tasa del 30,9% entre los hindúes. Para 2023-24, esta tendencia se había invertido, y la pobreza entre los musulmanes rurales se desplomó al 2,4%, mientras que la tasa de los hindúes se situó en el 4%.
El cambio ha sido igualmente pronunciado en las zonas urbanas. En 2011-12, el 39,4% de los musulmanes urbanos vivían por debajo de la línea de pobreza, comparado con el 24,4% de los hindúes. Para 2023-24, la tasa de pobreza entre los musulmanes urbanos se había reducido al 5,7%, mientras que la tasa para los hindúes disminuyó al 3,7%, reduciendo la brecha entre los dos grupos de 15 puntos porcentuales a solo dos.
También se ha observado una marcada mejora en las tasas de pobreza en todas las categorías sociales, como las Tribus Registradas (ST), las Castas Registradas (SC) y las Otras Clases Desfavorecidas (OBC) -grupos reconocidos como social o educativamente desfavorecidos-, así como en la categoría General, que incluye a las comunidades que no entran en estas clasificaciones. En las zonas rurales, la comunidad ST registró la tasa de pobreza más alta en 2011-12, con un 49,5%, seguida de las SC y las OBC. Para 2023-24, la tasa de pobreza entre las ST se había reducido al 12,2%. En cuanto a la categoría General, se redujo del 20% al 1,6%.
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Como resultado de ello, la brecha entre las categorías ST y General se redujo de 29,5 puntos porcentuales en 2011-12 a 10,6 en 2023-24. Del mismo modo, la brecha de pobreza entre las categorías SC y General se redujo de 17,4 puntos porcentuales a 2,6, lo que indica una mayor inclusión económica.
También en este caso, las zonas urbanas experimentaron mejoras similares. En 2011-12, las SC tenían la tasa de pobreza urbana más alta -39,6%-, mientras que la tasa de la categoría General era del 16,7%, una diferencia de casi 23 puntos porcentuales. Para 2023-24, la tasa de pobreza entre las SC en las zonas urbanas se había reducido al 6,6%, comparado con el 2,5% de la categoría General. En el mismo período, la pobreza entre las ST y las OBC se redujo del 38,2% al 9,9% y del 30,4% al 3,6%, respectivamente.
La caída de la pobreza en todos los grupos religiosos y sociales en los últimos diez años refleja los efectos combinados de un crecimiento económico sostenido y de intervenciones específicas en cuanto al bienestar social. A pesar de los episodios de polarización política y las persistentes tensiones identitarias, los datos apuntan a una trayectoria de desarrollo más inclusiva de lo que se suele reconocer.
La reducción de la pobreza entre los musulmanes -una de las comunidades urbanas más desfavorecidas de India- es especialmente notable. Indica que las políticas gubernamentales, tanto universales como específicas, han beneficiado a personas de todas las religiones. Del mismo modo, la reducción de las brechas de pobreza entre castas históricamente marginadas refleja un avance significativo hacia una mayor igualdad.
Todo ello sugiere que las políticas del gobierno de Modi han beneficiado a todos los segmentos de la sociedad india, no solo a determinados electorados o grupos políticos. Los datos corroboran la opinión de que sus políticas económicas han sido ampliamente inclusivas, lo que se ha traducido en un aumento generalizado del bienestar. Al garantizar que todos los segmentos de la sociedad disfruten de los beneficios del crecimiento, India defiende la dignidad de todos los ciudadanos y cumple con una responsabilidad fundamental de la gobernanza democrática.
*Miembro del Consejo Asesor Económico del primer ministro de India
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