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La Bienal de San Pablo apuesta a captar nuevos públicos

De visita en Buenos Aires, el curador Jacopo Crivelli Visconti presentó la 34ª edición de la Bienal que apunta a expandirse con el objeto de llegar a más espacios y por más tiempo.

Jacopo Crivelli Visconti, curador general de la 34 edición de la Bienal de San Pablo.
Jacopo Crivelli Visconti, curador general de la 34 edición de la Bienal de San Pablo. | Telam

El curador de la edición de la 34ª Bienal de San Pablo, el italiano Jacopo Crivelli Visconti, se encuentra de visita en Buenos Aires, donde dio a conocer detalles del evento que se llevará a cabo a partir de marzo de 2020 en la ciudad brasileña.

Durante la presentación llevada a cabo en el Palacio San Martín, el Director de Asuntos Culturales Sergio Baur explicó que desde la primera edición de la bienal en 1951 la presencia argentina ha constituido un catálogo representativo de las distintas vertientes artísticas a través de los años.

“Desde la cancillería consideramos que la Bienal tiene una particularidad estratégica por al relación que tenemos con Brasil”, señaló el diplomático.

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Si bien aún hay mucho por definir, el curador pudo dar algunos detalles sobre el proyecto que se está desarrollando.

“La idea institucional del presidente de la Bienal era que se expandiera más allá del pabellón y de los tres meses que dura” explicó Crivelli Visconti en una conferencia de prensa en la que estuvo PERFIL.COM.

“El proyecto que presenté tenía grandes chances de ser elegido porque para mí era la bienal que siempre se debía hacer”. 

En cuanto a los ejes curatoriales subrayó que no habrá un solo tema sino que hay diversas cuestiones que están surgiendo de a poco a partir de un proceso inverso al que se hace en otras bienales. 

En lugar de establecer los temas y a partir de allí convocar a artistas para que presenten obras que respondan a esas directivas, se decidió que cada curador propusiera una lista de artistas a los que considerara importante por las razones que fueran.

“Es un desafío muy grande porque al principio uno se siente protegido por un tema. Sin embargo, poco a poco están surgiendo las temáticas a partir de haber reunido a un núcleo de treinta artistas que nos interesan”.

Visconti remarcó que tanto él como el curador adjunto, Paulo Miyada, y los curadores invitados Carla Zaccagnini, Ruth Estevez y Francesco Stocchi, viven en países en los que no nacieron, la mayoría de ellos al otro lado del océano, y vinculó esta situación con el trabajo de relaciones que se tiene en cuenta desde la curaduría.

“Se trata de la filosofía de la Poética de la relación desarrollada por el pensador Édouard Glissant, que plantea que alguien puede cambiar, intercambiando con el otro, sin por ello perderse o desnaturalizarse", señala Crivelli, quien también cita como referencia los análisis de la cosmogonía amerindia realizados por Eduardo Viveiros de Castro en base a los cuales plantea mirar al mundo con la perspectiva del otro.

“Habla de cómo las cosas se mezclan y se transforman en contacto con el otro. Creamos este juego de cambiar las relaciones para que este mecanismo quede más evidente. Hablamos de respetar al otro en lo que tiene de diferente de nosotros y que en el fondo no vamos a entender”.

El proyecto incluyó cerca de 25 instituciones en las que habrá exposiciones individuales de artistas que también mostrarán sus trabajos en el Pabellón de la Bienal.

El objetivo es que el público que visita el pabellón y se siente atraído por la obra de un artista tenga la oportunidad de profundizar en su producción con la visita a otro espacio que puede estar en un lugar marginado del circuito comercial y al que habitualmente no llega el público masivo.

El significado que uno le da a lo que ve deriva de lo que está a su alrededor. La idea es primero entrar en contacto con la obra del artista enfocado en su universo poético. Al volver a la bienal principal se lee de otra manera porque está junto con obras de otros artistas y respondiendo a otros ejes temáticos que sugieren otros significados”.

Crivelli citó como ejemplo el barrio paulista de Tiradentes, que presenta altos índices de marginalidad y será una de las sedes que albergarán exposiciones en el marco de la Bienal.

“El desafío es trabajar no sólo con las instituciones que conocemos sino ir también a los lugares más periféricos. El público de la bienal es tan amplio que abarca a todas estas instituciones. Estas instituciones -y principalmente las periféricas y las públicas- son los que mejor conocen sus propios públicos”.

Jacopo Crivelli Visconti, curador general de la 34 edición de la Bienal de San Pablo.
Paulo Miyada, curador adjunto, Carla Zaccagnini, curadora invitada, Jacopo Crivelli Visconti, curador general, Ruth Estévez, curadora invitada y Francesco Stocchi, curador invitado. Equipe curatorial de la 34a Bienal de San Pablo (Foto: Gentileza Bienal de San Pablo)

En cuanto al tipo de muestra que podría llegar a las diferentes sedes, confió que se está en proceso de ver cuáles son los artistas que tiene sentido para los organizadores y para cada espacio. 

“Muy interesante, porque te hace pensar en todo los públicos. Es una manera de volver más evidente el desafío de hacer una bienal en San Pablo”.

A partir de allí, Crivelli reflexiona sobre otro de los objetivos de su proyecto para la Bienal.

“Esta mirada está pensada para responder a lo que estamos viviendo en el mundo en general y es que todos hablamos y nos relacionamos solamente con los que piensan como nosotros. Es importante que la bienal tenga una posición de apertura con respecto al otro”.

Desde esa premisa, esta edición se presentará como una bienal pensada en contra de la polarización de posiciones y a favor del diálogo, preservando el arte como espacio autónomo.

En tal sentido, hizo mención a la confrontación ideológica permanente que se vive en las sociedades de la Argentina y Brasil e intentó marcar una distancia con respecto a las divisiones que llevan consigo esa situación.

“El proyecto no responde de manera directa o literal a la realidad actual. Quiere ser pensado a partir de todo lo que estamos viviendo y cómo puede responder el arte a todo esto. Es una reflexión que se coloca a partir de una idea de diálogo, que es algo que no está a la orden del día ni en lo social, ni en lo político. Preserva el espacio del arte como un espacio donde hay autonomía y posibilidad de llevar adelante cuestiones poéticas y culturales”.

La Bienal presentará alrededor de 100 artistas, la mayoría de ellos de entre 30 y 50 años. Con el objetivo de llegar a públicos que quizás no puedan establecer una conexión con el arte contemporáneo habrá también obras de artistas históricos.

Los nombres de los artistas aún se desconocen. El especialista espera poder dar a conocer una lista definitiva en el mes de febrero.

Durante la conferencia, Sergio Bauer agradeció a Eleonora Jaureguiberry, Subsecretaria de Cultura de San Isidro, a Adriana Rosenberg, directora de Fundación Proa, al coleccionista de arte Esteban Tedesco y a la investigadora Laura Malosetti Costa por la ayuda que brindan en forma constante a la consolidación en distintas políticas culturales llevadas a cabo por la Cancillería.