Hasta el 16 de septiembre se exhiben en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti las muestras Retratos de 108, del artista coreano Jinhyun Cha, y Women of Confort, del neerlandés Jan Banning que se presentan en el marco del Festival de la Luz.
La expresión "mujeres de confort" fue un eufemismo por medio del cual los japoneses se referían a las miles de mujeres raptadas en las distintas áreas de Asia que invadía el Imperio y eran forzadas a mantener relaciones sexuales sin consentimiento con los soldados. El término fue repudiado por la comisión por los derechos humanos de la ONU.
Sobre una pared están las fotografías de Jan Banning, retratos en primeros planos realizados en color de algunas de las víctimas sobrevivientes. El artista recorrió Indonesia junto a la escritora Hilde Janssen y retrató a 18 de las mujeres que se animaron a hablar por primera vez del tema.
En las caras de las ancianas se reconocen expresiones de enojo, vergüenza, resentimiento. Son imágenes de dolor.
Sobre otra pared están las obras de Jinhyun Cha, en las que las víctimas llevan vestidos típicos de la cultura coreana y se ven con gestos afables, captadas desde la mirada de un artista que las entiende como parte de su historia.
La esclavitud sexual
Si bien el sometimiento a esclavitud sexual fue una práctica frecuente durante las primeras décadas del siglo XX en Japón, el fenómeno se incrementó notablemente durante la Segunda Guerra Mundial.
La versión que se considera más fiable estima que cerca de 200.000 mujeres y niñas fueron secuestradas o engañadas para ser forzadas a tener sexo con soldados y oficiales del ejército japonés. Otras versiones hablan de 20.000 (según Japón) o 410.000 (según China).
Algunos métodos de reclutamiento en las zonas urbanas eran anuncios de empleo engañosos, o directamente el secuestro. En las zonas rurales era frecuente que los militares exigieran a los gobernantes locales que entregaran a mujeres del lugar para ser llevadas a los burdeles militares. Los japoneses preferían que fueran jóvenes y vírgenes para evitar el contagio de enfermedades previamente adquiridas.
Eran obligadas a tener sexo con varios hombres cada día, algunas fuentes hablan de alrededor de treinta por jornada de "trabajo". Aquellas que intentaban escapar eran golpeadas por la policía militar o asesinadas. No tenían libertad y los lugares donde eran forzadas eran antihigiénicos y con escasa atención médica.
Se estima que más de las dos terceras partes de las mujeres murieron durante la guerra, víctimas de asesinatos, enfermedades, consecuencias de abortos realizados en malas condiciones a los que eran sometidas o suicidios, y de las que sobrevivieron, la mayoría no pudo tener hijos a causa de las múltiples violaciones o las enfermedades que contrajeron.
El año pasado se conoció una filmación de menos de 20 segundos en la que se ve el momento en que fuerzas presumiblemente chinas llegan a un lugar donde había mujeres secuestradas y sometidas a esclavitud sexual.
Al finalizar la guerra los lugares de reclusión fueron cerrados y las mujeres sobrevivientes se encontraron libres, aunque no sabían si tenían un hogar al que volver, no tenían dinero y muchas veces desconocían el idioma del lugar en el cual estaban. Muchas decidieron no volver a su lugar de origen por la vergüenza que sentían. Las víctimas guardaron silencio sobre los crímenes durante décadas y a menudo eran rechazadas por sus propias familias.
La violencia sexual cometida por el Ejército Imperial Japonés no fue enjuiciada por el Tribunal Militar Internacional, salvo por un juicio que un grupo de mujeres holandesas víctimas de estos crímenes llevó adelante contra 12 oficiales del ejército japonés.
El director de cine Frank van Osch realizó el documental "Porque éramos bellas" sobre el trabajo de Banning y Janssen en su búsqueda de sobrevivientes que está disponible en http://www.vanoschfilms.nl en el que las víctimas reconocen haber sido secuestradas por la preferencia de los soldados del ejército imperial por las mujeres jóvenes, vírgenes y hermosas.
Las muestras Retratos de 108 y Mujeres de Confort se presentan en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Av. del Libertador 8151 en el marco del Festival de la Luz, dirigido por Elda Harrington y Silvia Mangialardi y puede visitarse de martes a domingos de 11.00 a 21.00.