Hasta el 9 de diciembre se exhibe en el Museo Pueyrredón la muestra "Viajeros en el tiempo" que abarca un recorrido por el Virreinato del Río de la Plata y los primeros años de las Guerras de la Independencia a través de relatos en texto e imágenes, además de una selección de escritos y fotografías realizados por el cronista Ignacio Ezcurra.
El eje que atraviesa toda la exposición, curada por Eleonora Jaureguiberry (Subsecretaria de Cultura de San Isidro), Cecilia Lebrero (Responsable de Documentación y registro del Museo Pueyrredón) y Patricio López Méndez (Diseño de montaje del museo) es el relato en forma de crónica que sirvió para dar a conocer sucesos o escenas costumbristas de lugares que aparecían como exóticos a los ojos de aquellos a quienes estaban dirigidas.
La sala que abre el recorrido cronológico reúne una serie de acuarelas realizadas por un viajero anónimo que posiblemente hayan formado parte de un álbum de estampas, un formato muy utilizado a fines del siglo XVIII y principios del XIX.
Las láminas tuvieron como objetivo mostrar en Europa las costumbres y hábitos de la población del virreinato. La caza de pumas, la forma de carnear cerdos, la pesca en los ríos, el atuendo de pueblos originarios o de regimientos de la ciudad fueron algunos de los temas representados por el autor de las crónicas con carácter documental.
Junto a ellas se exhiben dos obras de Prilidiano Pueyrredón que desde otra perspectiva -un artista del lugar, pero de otro tiempo- abordan la misma temática.
Por su parte, el marino Vidal, quien navegaba al servicio de una escuadra de la Armada Británica, se valió de sus habilidades de acuarelista para crear un registro de imágenes tomadas desde el río que junto a sus textos documentaron la misión de la que formaba parte: proteger el comercio británico en el Río de la Plata.
Años más tarde la crónica tomó la forma de retrato, un modo de representación que tras la declaración de la Independencia adquirió un nuevo significado.
Las pinturas de reyes, nobles e imágenes religiosas que adornaban los muros de las salas de la alta sociedad virreinal fueron reemplazados por los retratos que surgieron desde el taller de Gil de Castro, el único retratista que viajó con el Ejército del Libertador.
Con un verdadero ejército de aprendices y trabajadores de oficio, Gil de Castro produjo una nueva iconografía a partir de los protagonistas de las Guerras de la Independencia creando una galería de héroes y celebridades acordes a su época.
De esta forma el retrato se resignificó y pasó a ser una herramienta para la reafirmación de autoridad en los integrantes del ejército y la nueva sociedad de una patria libre.
Los retratos de Federico Bermúdez. oficial venezolano, y de Carmen Zaldívar de Lynch, esposa del secretario militar de San Martín, pintados por Gil de Castro, dan cuenta de esta parte de la historia y a través de sus detalles se convierten en testigos de su época.
En tanto, la historia trágica de Camila O’Gorman que conmocionó a una sociedad, ha sido fuente de inspiración para el relato de su fusilamiento a través del óleo.
Páginas manuscritas de una carta enviada por Juan Martín de Pueyrredón al Primer Triunvirato en la que da cuenta de los pormenores de una guerra de la que fue parte y el álbum con escenas de la Guerra del Paraguay del suizo Adolfo Methfessel en el que relató con imágenes de campamentos, batallas o expediciones la realidad de la guerra de la que fue contemporáneo, cierran esta parte de la muestra.
Ignacio Ezcurra
Cuando a los 28 años viajó a Saigón para cubrir la guerra de Vietnam para el diario La Nación, el cronista y fotógrafo Ignacio Ezcurra -tataranieto de Bartolomé Mitre y descendiente de Juan Manuel de Rosas- no sabía que ese sería su último viaje.
Desde sus fotografías acerca al espectador a escenas cotidianas de diferentes oficios y encuentra el momento exacto en que el trabajo rutinario se convierte en una obra relevante.
Sus últimos días los pasó en Vietnam, desde donde envió imágenes de la guerra y de la vida de los vietnamitas y textos que formaron parte de las crónicas de guerra.
En un video que se proyecta en la muestra grabado en 1968, cuando aún no se habían dado a conocer las imágenes más crudas de la guerra y no se había realizado ningún revisionismo, se ve a Ezcurra que habla a cámara y ya expresa que el periodismo internacional trata al Vietcong con mucha parcialidad.
El 8 de mayo Ezcurra se trasladó junto a un grupo de periodistas hasta el barrio de Cholón, en Saigón. Bajó del jeep en que viajaban y se internó solo entre las calles. Fue la última vez que se lo vio con vida.
La muestra Viajeros en el tiempo está abierta hasta el 9 de diciembre en el Museo Pueyrredón, Rivera Indarte 48, Acassuso y se puede visitar, con entrada gratuita, los martes y jueves de 10.00 a 18.00 y sábados y domingos de 14.00 a 18.00.
