Puede que el acuerdo comercial de Donald Trump haya sido escaso en detalles sobre las compras agrícolas chinas, pero una cosa parece clara: la bonanza de la soja de Brasil durante los dos últimos años probablemente llegará a su fin.
Un consejo para los agricultores estadounidenses: no comiencen aún los preparativos para los festejos. China acordó gastar alrededor de US$32.000 millones más en productos agrícolas de Estados Unidos anualmente durante los próximos dos años, pero la soja de Brasil no desaparecerá de la ecuación por completo, incluso en el peor de los casos.
Es más probable, dicen operadores y analistas, que los ciclos de cosecha y los diferenciales de precios hagan que el mercado vuelva al antiguo statu quo. Eso significa que los suministros brasileños tendrán una gran demanda en la primera mitad del año, cuando la nación recoge su cosecha y, por lo tanto, tiene la ventaja competitiva. Estados Unidos dominará en la segunda mitad, cuando su producción gane fuerza y pueda competir mejor en precio.
Estas son algunas de las ventajas para Brasil durante la guerra comercial y cómo podría desarrollarse la situación en los próximos meses:
Gran comprador, gran ganador
Brasil ha aumentado constantemente su producción de soja desde principios de este siglo para ayudar a satisfacer la voraz demanda de China de la semilla oleaginosa utilizada en todo tipo de productos, desde alimento para animales hasta aceite de cocina. Las tensiones comerciales aceleraron ese proceso.
Durante la disputa comercial que comenzó en 2018, Brasil reinó en los dos semestres del año, y sin duda el período resultó particularmente bueno para los productores de la nación. Las exportaciones de semillas oleaginosas a China aumentaron a un récord de 69 millones de toneladas métricas en 2018, y las plantaciones alcanzaron un máximo histórico en la siguiente temporada. Brasil está en camino de superar a Estados Unidos como el mayor productor de soja del mundo este año.
El acuerdo comercial de primera fase parece que va a reducir esas ganancias, aunque un cambio completo llevará tiempo para las tres naciones. Con las existencias de soja de Estados Unidos a más de un 50% por debajo de su récord de 2018, el impulso real en las ventas estadounidenses probablemente no se verá hasta que los agricultores comiencen a cosechar en septiembre.
Lo de siempre
Pese a cierta protección por la ventaja de precios y el momento de las cosechas, las exportaciones anuales de Brasil sufrirán un impacto. El país es el mayor exportador de soja del mundo, y la cosecha acapara la mayor parte de su balanza comercial.
“Brasil se acostumbró a enviar al menos 70 millones de toneladas de soja anuales en los últimos dos años”, dijo Pedro Dejneka, socio de MD Commodities en Chicago. Las exportaciones de Brasil probablemente tendrán un buen desempeño en el primer semestre, “pero a partir de mediados de año, China volverá a comprar la cosecha estadounidense, lo que no ha sido el caso en los últimos dos años”, dijo.
Gracia salvadora
Las exportaciones de Brasil a China se mantuvieron en la segunda mitad de 2018 y 2019, incluso con una prima inusualmente alta respecto a los suministros estadounidenses. A principios de este año, los precios de exportación en los puertos brasileños tienen la ventaja debido a los menores costes de flete y una moneda local más débil. Eso significa que los envíos deberían mantenerse fuertes, suponiendo que China no tenga compromisos firmes en el acuerdo comercial.
El asesor comercial de Estados Unidos, Tom Kehoe, ya dijo el mes pasado que China seguirá las señales del mercado una vez que se reanuden las compras estadounidenses, lo que significa que irá con quien venda más barato. También está la cuestión de esas tarifas de represalia del 30%. China planea mantener los impuestos sobre importaciones estadounidenses, cumpliendo una promesa similar de Trump sobre los productos chinos. Y aunque China emitió exenciones a la soja estadounidense en el período previo a la firma, la nación asiática también siguió comprando de Brasil.
Los futuros de la soja cayeron el miércoles en respuesta al anuncio del acuerdo, lo que refleja el escepticismo tanto de los comerciantes como de los productores.
“China abrirá la puerta a la soja estadounidense, pero comprará al proveedor que sea económicamente más factible”, dijo Vinicius Ito, vicepresidente de derivados en RJ O’Brien & Associates LLC en Nueva York.
Un interrogante
El auge de los exportadores de soja de Brasil impulsó una expansión masiva en el área plantada a un pico de 36,8 millones de hectáreas esta temporada. Eso permitió que Brasil retomara el puesto número 1 como principal productor mundial. Queda por ver si los agricultores ahora mantienen esos niveles, cambian a otros cultivos o simplemente devuelven las tierras adicionales arrendadas.