Airbnb cortó negociaciones con México por un programa a través del cual la plataforma de alojamiento cobraría impuesto a la renta a sus anfitriones y enviaría el dinero al gobierno, según una persona cercana al tema.
Tras un año de discusiones el acuerdo estaba cerca. La empresa debía entregar a la Secretaría de Hacienda un reporte mensual con la información de contribuyentes y la cantidad de ingresos que genere cada anfitrión. La compañía retendría también un impuesto a la renta de un dígito que luego remitiría al gobierno, según la persona, que pidió no ser nombrada.
Las conversaciones sobre la participación de Airbnb en el programa piloto tributario voluntarios fracasaron un mes antes de que se anunciara el acuerdo y la compañía señaló que enfrentó dificultades técnicas para retener impuestos a la renta de los anfitriones, detalló la persona. Las tratativas están muertas por ahora, aunque Airbnb tiene otros acuerdos vigentes en relación con el pago de otro impuesto de alojamiento.
"Como parte de nuestro compromiso de dialogar y celebrar acuerdos con los gobiernos locales, hemos alcanzado siete acuerdos para recaudar y remitir voluntariamente impuestos de alojamiento en México en nombre de los anfitriones", escribió un vocero de Airbnb en un correo electrónico. La Secretaría de Hacienda declinó hacer comentarios.
México estaba negociando de forma simultánea un acuerdo similar con Uber, que resultó en una norma orientada a los servicios de transporte y entrega de alimentos, a la cual se sumó Cabify.