Después de haber sido criticado durante el fin de semana por continuar con sus viajes de rutina para saludar a partidarios fuera de la capital pese a la pandemia de coronavirus, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que no tiene contemplado alterar su agenda por ahora.
Si funcionarios de la salud recomiendan que se haga una prueba para detectar el virus, o que suspenda sus encuentros con el pueblo mexicano, seguirá sus órdenes, dijo, y agregó que no es necesario ir con tapabocas.
Durante su conferencia de prensa diaria, AMLO, como se conoce al líder, dijo que trataba de ser realista y no exagerar. También aseguró que si el médico se lo recomendaba, obedecería y que si realizaba una prueba, instaría a todos a hacer lo mismo y sobrecargarían a los laboratorios. Concluyó que no se ganaba nada con eso.
Si bien México planea suspender las clases la próxima semana, el Gobierno no ha tomado medidas para cerrar sus puertos de entrada o restringir a visitantes de ciertos países. Se celebró un gran festival de música durante el fin de semana en Ciudad de México y se jugaron partidos de fútbol con público a pesar de que el número de casos confirmados aumentó a 53.
El presidente compartió videos de eventos durante el fin de semana en los que abrazaba, daba la mano y besaba a partidarios. Expertos en salud a nivel mundial han recomendado lavarse las manos y el llamado "distanciamiento social", o no acercarse demasiado a otras personas, como métodos efectivos para frenar la propagación del virus.
Algunos países vecinos de México, como El Salvador y Guatemala, han impuesto controles draconianos para tratar de limitar el contagio.
AMLO dijo que los programas sociales no se verán afectados por la venta global y un eventual impacto en la economía, y será el Gobierno el que se ajustará aun más el cinturón para evitar infligir dificultades a los pobres. La caída del peso mexicano podría generar un repunte en la relación entre la deuda y el producto interno bruto, dijo.
AMLO entregó repetidamente el micrófono a Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, que ha sido el principal portavoz de la pandemia en México. Gatell restó importancia a la necesidad de cerrar el país y la economía y dijo que el Gobierno está desplegando esfuerzos para mitigar los efectos.
Con mapa de la pandemia global en mano, AMLO dijo que México, actualmente en color gris, podría volverse rojo como Estados Unidos y países europeos, pero que no hay razón para reaccionar de manera exagerada. México tiene actualmente 53 casos registrados de la enfermedad, según Johns Hopkins University.
AMLO afirma que podría suceder pero que el Gobierno se está preparando y no se debe alarmar de manera prematura.
El viernes pasado, López Obrador saludó calurosamente a banqueros, quienes celebraron su conferencia anual en Acapulco, incluso cuando los principales eventos de todo el mundo habían sido cancelados.