El Gobierno argentino dijo que está abierto a nuevas propuestas de sus bonistas para reestructurar una deuda de US$65.000 millones, lo que indica una mayor disposición a negociar para evitar otro incumplimiento caótico.
“Estamos dispuestos a considerar cualquier combinación de reducción de intereses, reducción de capital, extensión y vencimiento del periodo de gracia que respete las limitaciones que definen lo que es sostenible”, dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán, a Bloomberg News en una entrevista, dos días antes de que expire la oferta del Gobierno para los tenedores de bonos. “Somos flexibles en términos de combinaciones de parámetros. La esencia es la sostenibilidad”.
En camino a su tercer año de contracción económica, Argentina está tratando de renegociar su deuda denominada en dólares y euros con los tenedores de bonos extranjeros, a fin de evitar lo que sería su noveno incumplimiento de deuda. Guzmán, un economista educado en las universidades de élite estadounidenses y de 37 años, lidera las conversaciones del lado del gobierno, que argumenta que ya no puede cumplir con sus obligaciones sin perjudicar las perspectivas de crecimiento futuro del país.
Grandes grupos de acreedores ya han rechazado la primera propuesta de Argentina, que incluye aceptar una reducción del 5,4% en el capital, un recorte del 62% en los pagos de intereses y un periodo de gracia de tres años. Si no se llega a un acuerdo antes del 22 de mayo, cuando finaliza un periodo de gracia para el pago de bonos, y Argentina decide no pagar, el país entrará en incumplimiento.
Durante la entrevista, Guzmán reveló que el Gobierno ya hizo una concesión de su postura original sobre el periodo de gracia –el tiempo durante el cual Argentina no tendría que hacer pagos a los tenedores de bonos–.
“En los términos originales que presentamos, incluimos un periodo de gracia de cuatro años”, dijo Guzmán el miércoles en su oficina en el centro de Buenos Aires. “Pero entendiendo cuán crítico fue esto para nuestros bonistas, hemos reducido el periodo de gracia a tres años”.
Sin extensión
Guzmán dijo que, tal como están las cosas, el Gobierno no retrasará la fecha límite del 8 de mayo a menos que haya “nuevos elementos”, como una propuesta por escrito de los acreedores que justifiquen tal extensión. Hasta ahora, solo ha recibido una de esas propuestas por parte de la administradora de activos BlackRock Inc. el 11 de abril, la cual el Gobierno hizo pública el martes.
“No estamos planeando extender el plazo en este momento”, dijo Guzmán.
Los bonos argentinos con vencimiento en 2117, que han estado operando a altísimos niveles de estrés desde agosto, subieron a un máximo de dos semanas el miércoles después de que Bloomberg News informara que el gobierno y los acreedores estaban resolviendo posibles revisiones a la oferta de deuda.
El ministro también desestimó la noción de una suspensión conocida como “standstill”, donde las negociaciones se archivarían hasta que la incertidumbre que rodea la pandemia de coronavirus desaparezca.
“No es nuestra intención retrasar la resolución del problema”, dijo Guzmán. “Estamos en un entorno muy incierto y alejar el problema no será efectivo para reducir la incertidumbre”.
A pesar de su rechazo actual por parte de los tenedores de bonos, la propuesta de deuda de Argentina ha recibido el respaldo del ganador del Premio Nobel Joseph Stiglitz y algunos de los mejores economistas y académicos del mundo. Thomas Piketty, Kenneth Rogoff, Ricardo Hausmann y otros 135 economistas escribieron una carta abierta instando a los bonistas a llegar a un acuerdo con la nación sudamericana.
La carta fue dirigida por Stiglitz, quien fue mentor de Guzmán cuando trabajaba en la Universidad de Columbia.