Los agricultores y exportadores de cultivos de Argentina están acelerando el comercio en medio de la preocupación de que el próximo gobierno aumente los impuestos a las exportaciones.
Desde que Alberto Fernández ganó las elecciones primarias del 11 de agosto, se les concedió a las empresas de comercio agrícola permisos de exportación para un total conjunto de 33 millones de toneladas métricas de soja, maíz, trigo y otros cultivos y productos, incluida la harina de soja.
La cifra se compara con los 13,4 millones de toneladas de los dos meses anteriores a las elecciones y los 14,9 millones en el mismo período del año pasado, según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Entre los productores y ganaderos aumentó la especulación de que Fernández aumentará los impuestos para ayudar a la cuenta fiscal. La soja, el aceite y la harina elaborada a partir de semillas oleaginosas actualmente tienen un impuesto de 25%, y el maíz y el trigo, de 7%. Las elecciones presidenciales se realizarán el 27 de octubre y el nuevo mandatario asumirá el cargo el 10 de diciembre.
La campaña de Fernández se aleja mucho de la economía pronegocios, de efecto de “goteo” del presidente Mauricio Macri para acercarse a políticas centradas en la demanda. Si bien Fernández también promete favorecer exportaciones para garantizar la entrada de divisas, los agricultores están convencidos de que sus exportaciones se verán afectadas.
La vicepresidenta de Alberto Fernández sería Cristina Fernández de Kirchner, una "pesadilla" para los agricultores cuando era presidenta, dice Bloomberg. Un artículo con propuestas de impuestos a la exportación publicado la semana pasada por economistas de una rama de la coalición peronista de Fernández generó más preocupaciones.
“El proceso electoral ha sido clave para la decisión de los agricultores de acelerar sus ventas”, dijo Gustavo Idigoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC). Un modesto repunte en los precios de los cultivos en medio de señales de una tregua comercial entre Estados Unidos y China también impulsó la venta de los agricultores, dijo.