La declinación de las ganancias obliga a BMW AG a evaluar el traslado de parte de la producción de los Estados Unidos a China a los efectos de eludir la guerra comercial entre ambos países.
La segunda mayor compañía automotriz de lujo del mundo decidirá en las próximas semanas si fabrica más vehículos utilitarios deportivos en China, posiblemente a expensas de su enorme fábrica de Carolina del Sur. Los aranceles a los vehículos enviados de un país al otro restarán 300 millones de euros (US$343 millones) a las ganancias de 2018, dijo el miércoles el máximo responsable financiero Nicolas Peter en una entrevista de Reuters.
“Durante muchos años BMW ha considerado a EE.UU. su segundo hogar”, escribió Kenn Sparks, un vocero de la compañía, en un correo electrónico. “Si los aranceles afectan la competitividad de la producción de BMW y las ventas en EE.UU., el resultado podría reducir mucho los volúmenes exportados, lo que tendría efectos negativos en las inversiones y empleos en EE.UU.”
Compañías automotrices globales como BMW y Tesla Inc. toman medidas para minimizar el impacto de los aranceles de la guerra comercial entre EE.UU. y China y mantener las ventas en el mercado automotor más grande del mundo. Un traslado de la producción se sumaría a esfuerzos anteriores de BMW, tales como obtener el control de su empresa con Brilliance China Automotive Holdings Ltd. que fabrica modelos como los SUV X1 y X3, y establecer otra con Great Wall Motor Co. para producir vehículos eléctricos.
El retorno de BMW sobre las ventas de vehículos se redujo casi a la mitad en el tercer trimestre, afectado por las tensiones comerciales y la presión de los precios. Peter dio un tono sombrío a una conferencia telefónica con analistas sobre ganancias al advertir que era prematuro pronosticar una mejora en 2019 en momentos en que la compañía se preparaba para guerras comerciales, los costos del brexit y desafíos de regulación.
La planta de SUV de Spartanburg, Carolina del Sur, es la mayor de BMW en el mundo y da empleo a casi 10.000 personas. Para la compañía automotriz alemana ha sido un escudo contra las diatribas del presidente Donald Trump dirigidas a las empresas automotrices extranjeras, a las que ha criticado por importar vehículos al país.
La fábrica exportó casi el 70 por ciento de su producción en 2017. Produce los SUV X3, X4, X5 y X6 y tiene previsto comenzar la producción del modelo X7 en diciembre.
BMW empezó a fabricar el X3 en China y Sudáfrica este verano (boreal). La producción del modelo en la planta de Spartanburg ha crecido 14 por ciento este año.