Caixa Econômica Federal de Brasil pagará al Tesoro este año al menos 10.000 millones de reales (US$2.400 millones) que recibió de gobiernos anteriores, mientras el director ejecutivo, Pedro Guimarães, busca reestructurar el banco estatal mediante la venta de participaciones en filiales no esenciales.
La estimación de Guimarães se basa únicamente en los resultados financieros de las operaciones 2020 de Caixa, pero los reembolsos pueden ser mucho mayores dependiendo del resultado de eventos importantes este año: las ofertas públicas iniciales de sus unidades de seguros y tarjetas de crédito, así como la venta de una participación en el prestamista que financia a personas de bajos ingresos Banco Pan y la creación de dos fondos inmobiliarios, incluidas las propiedades del banco.
“Si llevamos a cabo las OPI, pagaremos más y más rápido”, dijo Guimarães en una entrevista en la oficina de Bloomberg en Brasilia.
Caixa reembolsó al Tesoro 11.350 millones de reales en 2019, el primer año de Guimarães como director ejecutivo, como parte de una estrategia acordada con el ministro de Economía, Paulo Guedes, de liberar al banco de los errores del pasado y contribuir a los esfuerzos del gobierno para cerrar su brecha presupuestaria. El banco ha recibido 40.000 millones de reales del Tesoro en la última década para estimular los préstamos y ayudar a impulsar el crecimiento económico de Brasil, pero Guimarães dice que gran parte de ese dinero se usó para proporcionar préstamos baratos a grandes empresas que podrían haber encontrado otras fuentes de financiamiento.
“Nuestro objetivo apunta a compensar esa locura”, dijo.
Los fondos se pusieron a disposición de Caixa a través de instrumentos híbridos de deuda y capital, cerca de la mitad de ellos a un costo de 20% por año, más de cuatro veces la tasa de interés base del país que actualmente es del 4,5%. Guimarães no está preocupado por una caída en el índice de Basilea del banco derivada de los reembolsos. “No necesito tener tanto capital”, dijo.
Tasas más bajas
Caixa también ha liderado una reducción en las tasas de interés de sobregiro al 4% mensual, luego de que el banco central limitó dichas tasas al 8% mensual a principios de año.
Bajo el mando de la expresidenta Dilma Rousseff, los bancos controlados por el estado lideraron una reducción en las tasas de interés de los consumidores —que aumentó los temores de la intromisión del gobierno en el sector financiero— que también resultó insostenible a largo plazo. Esta vez, sin embargo, Guimarães dice que Caixa ha estudiado cuidadosamente qué tan bajas pueden ser esas tasas y cómo eso podría reducir los índices de morosidad.
“No sé si nos detendremos allí”, dijo, al referirse a la tasa de sobregiro del 4% de Caixa.
Guimarães no tiene problemas para elevar esa tasa nuevamente si la tasa de interés de referencia de Brasil vuelve a subir, o si no se produce una caída esperada en los índices de morosidad.
“Lo que no puedo concebir es cobrar a los pobres un 14% mensual cuando la inflación está en 3,5%. Un banco que cobra tanto merece cerrar”.