Los habitantes de los sufridos suburbios de Newcastle, sede del banco donde comenzó la crisis financiera británica, se han acostumbrado a vivir al límite. Perdieron dos empresas emblemáticas en rápida sucesión hace poco más de una década, cuando los astilleros del río Tyne que habían sido la piedra angular de la Revolución Industrial finalmente sucumbieron a la competencia mundial y cuando la entidad de préstamo Northern Rock se desplomó, todo un año antes de la caída de Lehman Brothers en 2008. Una era de recortes del gasto público aumentó luego el sufrimiento en una zona de Inglaterra que tiene uno de los grados de dependencia del Estado más altos en cuanto a puestos de trabajo y bienestar social.
Ahora la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea podría estar a punto de infligir un nuevo golpe. Como el precio de los alimentos está en aumento, a los salarios les cuesta seguirles el ritmo y el Banco de Inglaterra nuevamente aumenta las tasas de interés, la cantidad de personas que buscan ayuda para gestionar su deuda está creciendo, con alarmantes ecos del pasado.
“Un gran número de personas vive al límite”, dijo Mark Almond, director de la Oficina de Asesoramiento de Ciudadanos para la zona de North Tyneside. Es parte de una red de organizaciones solidarias con asesores en todo el país. “La realidad es que, si uno no tiene suficiente dinero para pagar la electricidad y el gas, para pagar el alquiler y alimentar a su familia, por optimista que sea, eso es un problema”.
El noreste de Inglaterra es un ejemplo de la situación precaria que enfrentan muchas zonas del Reino Unido apenas seis meses antes de que el país abandone la UE. El sistema bancario está más regulado pero la crisis financiera podría volver para muchos hogares vulnerables a otra caída económica. Eso también refleja la paradoja que encierra el brexit, que muchas zonas que votaron mayoritariamente a favor de dejar la UE –y el noreste es una de ellas- corren el riesgo de sufrir el mayor impacto.
Se dijo que el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, el jueves advirtió a los ministros sobre las posibles calamidades que caerían sobre todo el país si este no llegara a acordar una partida ordenada de la UE.
En el nivel nacional, la economía crece más rápido y los datos de esta semana mostraron aumentos de salarios mejores que los previstos. Pero el ritmo de expansión estuvo en el extremo inferior del Grupo de los Siete países industrializados el año pasado. El ingreso real sigue más bajo que antes de que Northern Rock de Newcastle se convirtiera en la primera pieza del dominó británico en caer cuando sufrió la primera corrida contra un banco del Reino Unido en más de un siglo y pasó a manos del gobierno en 2008.
Las organizaciones benéficas que asesoran en materia de deudas advierten que la situación es particularmente aguda en zonas del norte y el centro de Inglaterra, muchas de las cuales fueron los centros industriales donde las medidas de austeridad para sanear las finanzas del país después de la crisis incidieron de manera desproporcionada.
“Familias enteras, distritos enteros, ciudades enteras se sienten abandonados y no hay en el horizonte muchas cosas que puedan arreglar esto”, dijo Ian Gibson, que era director no ejecutivo de Northern Rock cuando el banco se quedó sin dinero. “Si uno gana 40.000 libras (US$52.000) y pasa a ganar 34.000, va a vivir ajustado. Pero si gana 20.000 y cae a 18.000, en la práctica es insolvente”.