La revolución de los vehículos eléctricos que, según la mayoría de las perspectivas, se estaba acelerando en 2020, se enfrenta a una de las mayores amenazas desde que este medio de transporte comenzó a generalizarse en la última década.
El brote del nuevo coronavirus a fines de diciembre ha paralizado partes clave de la economía china. A principios de marzo, el virus se propagó aún más por Europa y EE.UU. El 9 de marzo, los precios del petróleo colapsaron. Con los mercados sacudidos, los gobiernos, de Italia a Estados Unidos, han tomado medidas cada vez más drásticas, desde cerrar países enteros hasta prohibir los viajes y declarar estados de emergencia. Los bancos centrales de todo el mundo han recortado las tasas de interés y prometieron comprar bonos, en un intento por mantener sus economías en movimiento.
“Los desarrollos durante la última semana han aumentado en gran medida la probabilidad de que la economía mundial esté entrando en recesión en respuesta al aumento de los casos de COVID-19 en todo el mundo, la interrupción asociada y la venta masiva agresiva del mercado”, asegura Ben May, director de investigación macro global en Oxford Economics.
La electrificación está aquí para quedarse, según la sabiduría convencional, pero estos desarrollos son malas noticias para las industrias que buscaban inclinar la balanza a favor de la electricidad este año.
“La gente no está comprando autos en este momento”, asegura Ram Chandrasekaran, líder mundial de transporte y movilidad en la consultora Wood Mackenzie. “¿Quién va a salir y dar un gran salto para decir que comprará un auto eléctrico nuevo cuando nunca antes ha tenido un auto eléctrico?”.
El mercado automotriz mundial se verá afectado por la contracción económica, según los analistas de BloombergNEF, lo que tendrá consecuencias negativas para las ventas de vehículos eléctricos y la capacidad de fabricación de baterías. Los primeros datos de BNEF muestran que las ventas totales de vehículos cayeron 44% en China en enero y febrero, en comparación con el mismo periodo en 2019, y 18% en Corea del Sur, dos de los países más afectados por el brote de la enfermedad.
Las ventas de automóviles eléctricos, que habían ido en aumento en los últimos años, son sensibles a los patrones en el mercado automotriz en general. Aún se espera que las ventas en Europa aumenten 50% con respecto al año pasado, y las ventas en China podrían ser estables o caer si la recuperación del virus se demora.
Los fabricantes de automóviles como Volkswagen, Geely y General Motors han invertido miles de millones en vehículos eléctricos, y aún se esperan lanzamientos este año. En Europa y China, las fuertes regulaciones continuarán impulsando el mercado hacia adelante. Volkswagen actualmente está lanzando el nuevo ID.3 hatchback y ofrecerá un hermano SUV compacto a finales de este año para ser vendido en Europa, China y Estados Unidos. Ford presentará el Mustang Mach-E más adelante este año.
“Tenemos un claro compromiso de convertirnos en carbono neutral para 2050, y no hay alternativa a nuestra estrategia enfocada en los autos eléctricos para lograrlo”, dijo Michael Jost, jefe de estrategia de Volkswagen, a periodistas el 12 de marzo. La caída de los precios es “una de esas que duran un mes, o algunos meses o quizás un año”, dijo, pero a largo plazo, el petróleo no será más barato.
Particularmente en Estados Unidos, el petróleo barato podría alentar a algunos compradores a comprar vehículos con motor de combustión. “Ciertamente es una mala noticia para cualquier lanzamiento de vehículo eléctrico si una caída en los precios de la gasolina se mantiene durante varios meses”, asegura Mark Wakefield, jefe de práctica automotriz en AlixPartners. Si la caída del precio de la gasolina “llega a un nivel en el que los consumidores pueden comenzar a confiar en ella, cambiarán de autos eficientes en combustible a autos menos eficientes”. El 16 de marzo, la gasolina estadounidense cayó 23% a su nivel más bajo desde 2005. Beijing Electric Vehicle Co., el mayor fabricante de automóviles eléctricos de China, dijo en un mensaje de Wechat a principios de marzo que no tiene planes de ajustar su producción o su plan de ventas debido a la fluctuación de los precios del petróleo. La nueva unidad de energía de la compañía se está enfocando en prevenir la epidemia y reanudar constantemente el trabajo.
En China, el mercado de automóviles eléctricos más grande del mundo, los subsidios dieron como resultado una duplicación de las ventas en 2018. Un retiro parcial de los subsidios el año pasado condujo a una desaceleración, pero las ventas siguieron aumentando a tasas de dos dígitos. CRU Group, una consultora de productos básicos, recientemente redujo su estimación de ventas para 2020 a 1,35 millones, de 1,5 millones, debido al impacto del brote de coronavirus del país en la economía. Eso sigue siendo superior a los 1,2 millones de vehículos eléctricos vendidos en 2019.
Colin McKerracher, analista de transporte de BloombergNEF, dijo que espera que las ventas de vehículos eléctricos crezcan en Europa este año, a pesar de una contracción en el mercado general de vehículos. “Para la mayoría de los consumidores, los altos precios iniciales son el freno más importante a los vehículos eléctricos”, dijo McKerracher. “Los precios de las baterías importan más que los precios del petróleo, y si siguen cayendo, la adopción de los vehículos eléctricos seguirá subiendo a mediano y largo plazo, pero los próximos 12 meses podrían ser realmente feos para el mercado”.
Los gobiernos en China y en la Unión Europea implementaron medidas para acelerar la electrificación del transporte, independientemente de los precios del petróleo, asegura José Lazuen, analista sénior de prácticas automotrices en Roskill. Las preocupaciones sobre la contaminación en las grandes ciudades y su impacto en la salud de los ciudadanos han sido más prominentes, y es poco probable que los cambios en los precios del petróleo cambien eso, dijo.
“A largo plazo, la visión de estos gobiernos es disminuir la exposición a los mercados petroleros tanto como puedan”, dijo Lazuen. “Si eso sucederá en los próximos 10 o 50 años, no lo sabemos”.
Los automóviles eléctricos cuestan entre un 50% y un 70% más que los automóviles convencionales, pero se pronostica que la diferencia disminuirá en los próximos años, a medida que la tecnología de baterías de iones de litio evolucione y los fabricantes aumenten la producción. Al ritmo actual, Roskill estima que el costo de los vehículos eléctricos comenzará a coincidir con el de los automóviles con motor de combustión interna a partir de 2023.
Diego Díaz, jefe de nuevas empresas y perspectivas tecnológicas en Iberdrola SA, dice que hay otros factores más allá del costo que impulsarán las ventas de vehículos eléctricos. “Hemos visto un apoyo político constante a las preocupaciones sobre la calidad del aire y el cambio climático, y prevemos que esto continuará”.
La compañía española anunció el 10 de marzo que invertirá 150 millones de euros (US$171 millones) para aumentar su red de cargadores de automóviles eléctricos en España a 150.000 para 2025, en comparación con los 5.000 actuales.
May, de Oxford Economics, duda de la idea de que hay una recesión al estilo crisis financiera global en camino. “A medida que la normalidad vuelva, los hogares comenzarán a elevar el gasto discrecional a niveles más típicos, mientras que las empresas también aumentarán la producción a medida que se levanten las restricciones de oferta. El dinero ahorrado debido a que el gasto discrecional planificado a principios de 2020 no tuvo lugar puede arder en los bolsillos de los hogares, lo que significa que la mayoría se gastará en lugar de ahorrarse”.