El líder norcoreano, Kim Jong Un, resultó con varias sorpresas este año, desde su decisión de priorizar el crecimiento económico por encima del desarrollo armamentista hasta su apretón de manos con el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Pero los observadores cuidadosos habrían visto pistas sobre los cambios en la política de Kim en su discurso anual de año nuevo al pueblo de Corea del Norte. Los eventos subrayan la importancia, y la dificultad, de interpretar el discurso, que a menudo contiene algunos cambios importantes enterrados en varios miles de palabras de prosa cargada de propaganda.
En el día de Año Nuevo, Kim podría indicar si EE.UU. y Corea del Norte continuarán con su acercamiento o se desviarán hacia la confrontación. Para ayudar a analizar sus palabras, aquí hay una breve guía sobre lo que hay que buscar:
Armas nucleares
Las afirmaciones respecto a las armas nucleares de Kim a menudo presagian las provocaciones del año siguiente, como cuando afirmó en 2017 que Corea del Norte había "entrado en la etapa final de preparación para el lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental". Siete meses más tarde, logró lanzar un cohete que podría llegar a Alaska. Para fin de año, había puesto a todo Estados Unidos en su rango.
Tras meses de amenazas de ida y vuelta, en enero 1 de 2018 la retórica de Kim cambió, al afirmar que consideraba el proyecto de armas nucleares del país como completo. En abril, implementó la política del Partido de los Trabajadores de Corea, en la que puso fin a las pruebas nucleares y dio prioridad al crecimiento económico.
La economía
Lo que Kim diga el martes será examinado en busca de signos de su disposición a comprometerse con Trump y obtener un mayor acceso al capital extranjero. Su enfoque en el crecimiento en su discurso de 2014, donde “economía” y “construcción” fueron algunos de los términos más utilizados, reafirmó su compromiso de poner el desarrollo en pie de igualdad con el proyecto nuclear.
Alivio de sanciones
La manera en que Kim aborde el régimen de sanciones internacionales liderado por Estados Unidos contra Corea del Norte podría indicar su nivel de frustración con Trump y las perspectivas de una segunda cumbre. El año pasado, Kim le dio al tema una prominencia inusual en su discurso, mencionando "sanciones" tres veces, y diciendo incluso que amenazaban la supervivencia de la nación.
Corea del Sur
La señal más clara en el último discurso de Kim de que 2018 sería un año de diplomacia en lugar de conflicto fue su oferta de enviar una delegación para discutir la participación de su país en los Juegos Olímpicos de Invierno de Corea del Sur. Aprovechando el gesto, el presidente Moon Jae-in arregló una serie de conversaciones, cuyo resultado fue que Corea del Norte, y la hermana de Kim, asistieran a los Juegos: la primera visita de este tipo de un miembro de la familia gobernante.
Por un lado, las relaciones entre el Norte y el Sur son más cercanas que nunca, y las dos partes están abriendo las posibilidades de un proyecto de ferrocarril conjunto. Por otro, ha habido signos de frustración, como el hecho de que Moon no haya logrado la visita de Kim a Seúl este año, como se había prometido.