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Cómo Donald Trump terminó en un entrampado legal

A medida que el presidente Donald Trump y sus abogados se acercan al nuevo año, tendrán que lidiar con una narrativa legal que se instaló a través de una serie de presentaciones judiciales e informes de prensa que comenzaron hace tres semanas y se extendieron hasta la tarde del viernes: miembros de la campaña presidencial de Trump, y posiblemente el mismo "individuo 1", pudieron haber orquestado varias conspiraciones criminales que se arraigaron antes y durante la campaña presidencial de 2016, c

Parade Celebrates Presidential Inauguration Of Donald Trump
Parade Celebrates Presidential Inauguration Of Donald Trump | Getty Images via Bloomberg

A medida que el presidente Donald Trump y sus abogados se acercan al nuevo año, tendrán que lidiar con una narrativa legal que se instaló a través de una serie de presentaciones judiciales e informes de prensa que comenzaron hace tres semanas y se extendieron hasta la tarde del viernes: miembros de la campaña presidencial de Trump, y posiblemente el mismo "individuo 1", pudieron haber orquestado varias conspiraciones criminales que se arraigaron antes y durante la campaña presidencial de 2016, continuaron después de que Trump ganó la elección, y que han manchado las políticas de la Casa Blanca y devastado sus operaciones.

La amplitud de las investigaciones es tan arrolladora, como ya lo han notado reporteros del Washington Post, The Associated Press y Bloomberg News y muchos en las redes sociales, que pocos de los mundos que Trump habita han escapado a la atención de los fiscales. La Organización Trump, la Fundación Trump, la familia Trump, la campaña Trump, la transición Trump, la inauguración de Trump y la Casa Blanca de Trump están siendo investigados por irregularidades.

La posible colusión del equipo de Trump con Rusia para sabotear e influir en la elección de 2016, una investigación encabezada por el fiscal especial Robert Mueller, reúne muchas de las investigaciones. La intersección de Trumplandia con Rusia pudo haber comenzado con propuestas comerciales hace más de una década (como el hotel y condominio Trump SoHo), e incluyó esfuerzos más recientes como un proyecto en Moscú, antes de convertirse en una asociación política durante la campaña de 2016 después que las perspectivas presidenciales de Trump mejoraran.

Pero hay muchas otras aristas, algunas relacionados con Rusia y otras no, que los investigadores están tratando de observar. La inauguración de Trump recaudó US$107 millones, US$40 millones de los cuales siguen sin ser contabilizados; Ivanka Trump, según un informe conjunto de ProPublica y WNYC, refirió pagos al hotel de Trump en Washington durante la ceremonia. El periódico The Wall Street Journal informó la semana pasada que los fiscales federales están investigando si los donantes dieron dinero a cambio de favores políticos.

Michael Cohen, un exabogado de Trump, dijo a los fiscales que Trump le ordenó violar las leyes de financiamiento de campaña al pagar dinero por el silencio de dos supuestas amantes durante la campaña de 2016, como una forma de mantener viva la candidatura presidencial de Trump. David Pecker, editor del National Enquirer, dijo que ayudó a ocultar historias sobre los amoríos de Trump por la misma razón. Las autoridades de Nueva York están investigando cómo Trump administró su fundación de caridad, y junto con las autoridades federales también han acorralado al contador y director financiero del presidente, Allen Weisselberg, para interrogarlo.

"Permítanme señalar que hay muchas preguntas éticas, legales y objetivas sin respuesta, pero claramente esta no fue una buena semana para el presidente Trump, ni para su organización de campaña, y estas acusaciones son preocupantes", dijo la senadora republicana Susan Collins, en una entrevista el domingo con Jake Tapper de CNN. "Pero tenemos que esperar hasta que tengamos el panorama completo. Y es por eso por lo que es tan crítico que se le permita al fiscal especial completar su investigación sin impedimentos para que podamos tener una imagen completa".

La realidad, sin embargo, es que Trump está teniendo mucho más que una mala semana. La investigación de Mueller, que Trump rutinariamente califica como una "caza de brujas", puede terminar estando muy limitada en torno a la campaña de 2016, la colusión y la obstrucción de la justicia, y concluirá relativamente pronto. Por otro lado, las investigaciones en Nueva York, incluyendo la investigación del fiscal general sobre la fundación de caridad y las finanzas de Trump y la investigación del fiscal de Manhattan de las relaciones de Cohen con el presidente, podrían terminar remontándose a años atrás en la historia empresarial de Trump, mucho más allá de algunos eventos que han salido a la luz en la última semana y que duran mucho más que la investigación de Mueller.

Si ese es el curso que siguen las diversas investigaciones, entonces Trump puede surgir como un timador descarado que, aspirando a la Casa Blanca como una versión marchita y manchada de Ícaro, voló más allá de los límites de su propia suerte y capacidades y entregó su negocio, hijos y bienestar a las manos de los fiscales.

Y no se trata solo de que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley le estén pisando los talones al presidente. La Cámara de Representantes, que los demócratas controlarán en enero, está reuniendo pruebas que podrían explorar nuevos ángulos y continuar más allá de la investigación de Mueller.

El representante Adam Schiff, un demócrata que encabezará el Comité de Inteligencia de la Cámara, dijo que planea profundizar en las finanzas de Trump. El domingo, le dijo a Chuck Todd de NBC que quería examinar la relación de Trump con Deutsche Bank AG porque podría exponer "una forma de compromiso" con Rusia. (Escribí una columna reciente que detallaba la historia de Trump con Deutsche Bank después de que las autoridades alemanas allanaron el banco en una investigación de lavado de dinero, señalando que el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes también quiere explorar la relación Trump-Deutsche).

"La preocupación sobre Deutsche Bank es que tienen un historial de lavado de dinero ruso", dijo Schiff a NBC. "Y este, aparentemente, fue el único banco que estaba dispuesto a hacer negocios con la Organización Trump".

La semana pasada, la diputada Nancy Pelosi, la probable futura presidente de la Cámara, dijo que los demócratas también intentarán obtener las declaraciones de impuestos de Trump del Servicio de Impuestos Internos.

Es probable que esa promesa encienda una larga batalla legal con el presidente, quien, a diferencia de sus predecesores de las últimas décadas, se ha negado a hacer públicas sus declaraciones de impuestos.

En todos los archivos legales recientes que se refieren a los eventos en los que Trump está involucrado, como los pagos por silencio y el proyecto de Moscú, por ejemplo, Trump no se presenta como un simple espectador. Como mínimo, sus acciones son del tipo que a menudo deja a alguien descrito como un "co-conspirador no declarado". En el peor de los casos, Trump, según la forma en que los poderes presidenciales y la inmunidad se definan y se adjudiquen, podría considerarse como el arquitecto jefe de algunos de los esquemas y actividades delictivas que se han acumulado a su alrededor.

Trump nunca pensó que ganaría las elecciones presidenciales que lo han puesto en este entrampado legal. Había visto sus esfuerzos presidenciales anteriores como oportunidades de marketing gratuito y probablemente se sintió atraído por la campaña de 2016 por la misma razón. ("Contra todo pronóstico, decido postularme para presidente y continuar con mi negocio, muy legal y muy bueno", escribió recientemente en Twitter.) Ese tipo de oportunismo, sin duda, afectó a todos los que trabajan para Trump en su campaña y en su Casa Blanca.

Pero el presidente y muchos de los que lo rodeaban, incluidos asesores y familiares, buscaron oportunidades de negocios o colaboraciones políticas mucho más allá de haber traspasado el punto de ser simplemente impropios. Y ahora, todos están expuestos al filo de la ley.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.