En el mundo de los agronegocios, los Fribourg son la realeza.
La empresa familiar de 205 años ha generado algunos de los mayores cambios en la comercialización global de alimentos y se convirtió en un nombre famoso en la década de 1960 luego de encabezar la venta sin precedentes de trigo estadounidense a la Unión Soviética. Ahora vuelve a conformar la agricultura de los Estados Unidos al impulsar la reorganización de una tradicional rival: Bunge Ltd.
La empresa de la familia Fribourg, Continental Grain Co., ganó el miércoles una campaña activista de seis meses contra Bunge y obtuvo puestos en el directorio junto al fondo de cobertura D.E. Shaw & Co. En el marco del acuerdo, la compañía comercializadora anunció el comienzo de una revisión estratégica, algo que con frecuencia antecede a una venta.
El acuerdo corona un período tumultuoso para Bunge, otra empresa que se remonta a principios del siglo XIX. La firma, que tiene sede en las afueras de la ciudad de Nueva York, se ha visto afectada como consecuencia de bajas ganancias, la partida de su principal operador y los intentos frustrados de adquisición por parte de las rivales mayores Glencore Plc y Archer-Daniels-Midland Co.
Para alguien que rehúye la publicidad como Paul Fribourg, descendiente de sexta generación de Simon Fribourg, que fundó la compañía en 1813 en lo que ahora es Bélgica, es un raro momento de fama. No sólo integrará la junta directiva de Bunge, sino que también presidirá la revisión estratégica de la compañía.
Revolución digital
Recuperar Bunge no será fácil. Las compañías de comercialización agrícola son víctima de algo que ya ha afectado a sectores desde medios hasta ventas minoristas: la revolución digital. En el pasado, los operadores se embolsaban grandes ganancias por tener más información sobre los precios de los productos primarios que los agricultores locales a los que compraban y que las compañías de alimentos a las cuales les vendían. En la actualidad, hasta el más pequeño productor agrícola de Iowa tiene un teléfono inteligente o una tablet y puede obtener información en tiempo real sobre las condiciones meteorológicas y los precios ofrecidos a sus pares brasileños.
En lo que constituye el más reciente indicio de problemas, Bunge, que tiene un valor de mercado de menos de US$9.000 millones, sorprendió el miércoles a los inversores al reducir el pronóstico de ganancia operativa anual a US$1.200 millones, menos que los US$1.300 millones que la compañía había anunciado a los inversores tres meses antes. Las acciones cayeron más de 9 por ciento ese día, lo que aumentó la presión sobre el máximo responsable Soren Schroder.
“Si bien la industria ha enfrentado algunos desafíos en los últimos años, pensamos que Bunge, que cuenta con una base incomparable de activos, tiene todos los elementos para fortalecer su posición”, dijo en una declaración Fribourg, el presidente de la empresa familiar.