Puede que el mensaje de Greta Thunberg al Foro Económico Mundial en 2019 de que era hora de entrar en pánico por el cambio climático esté haciendo mella finalmente conforme los asistentes muestran más alarma ante el mensaje de la activista adolescente.
El evento celebra su 50 aniversario este año, con el desfile habitual de jefes de gobierno, multimillonarios y ejecutivos de empresas, y el calentamiento mundial está dominando la agenda más que nunca. En la encuesta anual de riesgos del Foro Económico Mundial, las cuestiones medioambientales eclipsaron a los ataques cibernéticos o el terrorismo.
El encuentro en la estación de esquí suiza se produce tras la década más cálida de la historia y un año en el que Venecia sucumbió a las inundaciones, partes de la selva tropical de Brasil se incendiaron y una mayor parte de Australia también se quemó. Thunberg lo presagió todo en enero del año pasado cuando dijo a la audiencia de Davos que “nuestra casa está en llamas”.
Para subrayar la urgencia, los activistas climáticos están organizando una marcha desde la ciudad de Landquart hacia Davos. La propia Thunberg habla en el Foro el martes.
No todos los asistentes están escuchando. El presidente Donald Trump, quien retiró a Estados Unidos del acuerdo de París sobre cambio climático, dará uno de los primeros discursos de apertura de la reunión.
Los asistentes procedentes de Europa sabrán que el clima de la región ha sido inusualmente cálido recientemente. Si bien hay nieve más que suficiente para esquiar en Davos, las montañas en zonas más bajas de Alemania, Austria y Suiza han sido más escasas. En Finlandia, la temperatura en enero ha sido hasta 10 grados centígrados más alta que la media.
Casi una quinta parte de las sesiones del Foro de este año se centrarán en el medio ambiente, frente al 13% en 2010, cuando la crisis financiera estaba presente en la mente de muchos.
Los organizadores también han revisado su Manifiesto de Davos para abogar por un “mejor tipo de capitalismo” que vaya más allá de crear valor para los accionistas. La organización reconoce a Thunberg, cuyo mensaje sirve de recordatorio de que “el sistema económico actual supone una traición a las generaciones futuras”.
Ello también implicaría abordar la desigualdad, que es un tema político explosivo. El Foro ha dicho en un informe publicado esta semana que la desigualdad global va a agravarse a menos que los gobiernos hagan más por garantizar que los más afectados por el rápido cambio tecnológico no queden de lado y sean olvidados.
Es también un mensaje para las principales corporaciones del mundo de las cuales el WEF obtiene una gran parte de su presupuesto anual de casi US$350 millones.
Y si bien el Foro ha invitado a 10 adolescentes que defienden temas ambientales y sociales, entre ellas Thunberg, estos son superados en número por los multimillonarios, que serán unos 119 por lo menos.
Entre los asistentes notables se encuentran el responsable ejecutivo de JPMorgan Chase & Co., Jamie Dimon, y Margarita Louis-Dreyfus, quien está al mando de la casa comercial agrícola que lleva su mismo nombre.
La igualdad de género sigue siendo otro problema apremiante. Si bien el Foro Económico Mundial resalta la importancia de la diversidad, el hombre Davos sigue siendo claramente la especie dominante en el foro de conferencias.
La nueva presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y la ejecutiva de Facebook, Sheryl Sandberg, tienen previsto asistir. Pero aunque la proporción de mujeres asistentes ha mejorado con los años, aún no ha alcanzado el 25%.
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