Los cazadores de oportunidades adinerados deberían pensarlo dos veces antes de casarse en Nueva York, contratar abogados en Hong Kong o comprar buenos vinos en Río de Janeiro.
Eso según el análisis de Julius Baer Group Ltd., que desglosó las ciudades más caras del mundo para una serie de bienes y servicios de lujo, desde casas hasta entrenadores personales o whisky. Las altas tasas impositivas locales convierten a Río de Janeiro, la segunda mayor ciudad de Brasil, en la metrópoli más cara del mundo en cinco de las 18 categorías del “Informe de riqueza y estilo de vida 2020 del banco suizo”.
No obstante, Hong Kong es la ciudad más cara del mundo en general, y con frecuencia se cita a la antigua colonia británica entre los 10 municipios más caros para categorías como restaurantes elegantes y automóviles de lujo.
El informe, publicado el jueves, subraya el creciente alcance de la opulencia entre los ricos del mundo a medida que aumentan las tensiones en algunas naciones sobre la división entre los ricos y todos los demás. La creciente desigualdad en Hong Kong, alimentada por los bajos impuestos, ha ayudado a incitar los peores disturbios de la ciudad desde que volvió al dominio chino en 1997.
La idea de lujo “en el pasado se aplicaba a artículos como bolsos o autos deportivos”, dijo Nicolas de Skowronski, responsable de soluciones de gestión de patrimonio de Julius Baer, en el informe. “Ahora se ha transformado en una categoría amplia que incluye servicios y experiencias, desde restaurantes hasta nuevas tendencias de estilo de vida como el bienestar”.
Hong Kong podría caer en clasificaciones futuras después de que meses de protestas afectasen la economía, pero otras ciudades asiáticas están bien representadas en la clasificación de la firma de las ciudades más caras, entre ellas Shanghái, Tokio, Singapur, Taipei y Bangkok, todas en la mitad superior.