La economía de Australia es la que presenta el mayor riesgo en el mundo desarrollado en cuanto a la reducción de la deuda familiar debido a la debilidad de los precios de las viviendas y posibles cambios tributarios que podrían frenar las inversiones en propiedades, según Morgan Stanley.
Esa es la conclusión del informe del banco sobre el indicador de riesgo de desapalancamiento familiar, que analiza la deuda relativa y las debilidades estructurales. El estudio de las 10 principales economías desarrolladas del mundo coloca a Suecia y Canadá como las segundas naciones en mayor riesgo, seguidas por Noruega.
"Estas economías se enfrentan ahora a un momento crucial a medida que los mercados de vivienda se debilitan, lo que obliga a una reevaluación del apalancamiento y la riqueza, y las condiciones financieras mundiales se vuelven más restrictivas, lo que incrementa el freno del consumo producto del servicio de deuda y el aumento de ahorros", dijeron los estrategas del banco en un informe.
Morgan Stanley señala que las familias en Estados Unidos, Japón, la Unión Europea y el Reino Unido redujeron la deuda desde la crisis financiera mundial; pero agrega que eso escondió una acumulación récord de deuda en Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Suecia y Suiza.
El informe sugiere que Australia probablemente entrará en una "fase de desapalancamiento benigno" gracias a su sólida economía global y gasto público en infraestructura. Sin embargo, el riesgo de una recesión más prolongada de lo habitual "sigue siendo elevado" a medida que los reguladores imponen las llamadas medidas macroprudenciales que endurecerán los estándares crediticios y desacelerarán el crecimiento del crédito.
En el caso de Canadá, los riesgos provienen de una combinación de los decrecientes precios de las viviendas, el aumento de las tasas de interés y un incremento crediticio más débil. En Suecia, el punto crítico es una caída en los precios de las propiedades.
Morgan Stanley estima que la deuda familiar en las 10 mayores economías desarrolladas ha aumentado en las últimas dos décadas de un 98 por ciento a un 160 por ciento de los ingresos. Eso podría tener consecuencias para la política monetaria si la tendencia se revierte repentinamente.
"El uso cada vez más proactivo de herramientas macroprudenciales y una mayor flexibilidad de la meta inflacionaria en algunos países conducirá a ciclos más graduales de aumento de las tasas, con tasas neutrales más bajas a mediano plazo", dijo.