La primera ministra británica, Theresa May, programó la votación decisiva sobre el brexit dos días antes de la próxima cumbre europea. Si ella pierde, los líderes tendrán que luchar para encontrar una manera de responder.
Autoridades de la UE señalan que los líderes se enfrentarán a las consecuencias en la cumbre, que estaba destinada a tratar temas ajenos al brexit. Sin embargo, no hay que apostar a que le ofrezcan algo nuevo. El fin de semana pasado, cuando firmaron el acuerdo, declararon al unísono que esa era la única oferta disponible y que no se pudo cambiar. Los líderes no están dispuestos a reabrir las negociaciones y mucho menos a participar en las conversaciones, dijeron las autoridades.
Existe una creciente expectativa en el Reino Unido de que May tendrá otra oportunidad de lograr un acuerdo ante el Parlamento si se rechaza la primera vez. Sin embargo, activistas contra el brexit planean utilizar el caos que se desataría para presionar a fin de que se realice un segundo referéndum o para que se logre un nuevo tipo de acuerdo que mantendría lazos más estrechos.
Los líderes de la UE tendrán que sopesar si aún quieren que May gane y con qué ímpetu quieren seguir adelante.
No hay más cumbres de la UE programadas hasta el 21 de marzo, una semana antes de la fecha de salida del Reino Unido. Por lo tanto, si May continúa enfrentando objeciones al acuerdo o si su gobierno cae, los líderes tendrán que volver a reunirse para discutir el camino a seguir antes de esa fecha.
Conforme a los planes actuales, los ministros de asuntos europeos de los 27 gobiernos nacionales se reunirán en Bruselas el 18 de diciembre para entregar formalmente el acuerdo al Parlamento Europeo a fin de que lo ratifique.