La carne de vacuno es un gran negocio en Uruguay. Las exportaciones superan los US$1.000 millones al año y los uruguayos se encuentran entre los mayores consumidores de carne del mundo. Pero la reducción de los rebaños de ganado es una señal de problemas para los empacadores locales que ya luchan contra el exceso de capacidad y la competencia extranjera.
Desde un máximo de casi 12 millones de cabezas de ganado en 2016, la cifra cayó a un mínimo de siete años de 11,3 millones para el año que finalizó el 30 de junio. Los ganaderos tienen dificultades para reemplazar el ganado en medio de altas tasas de matanza y el auge de las exportaciones de ganado vivo. Turquía fue el mayor comprador individual de las 876.000 vacas que los rancheros uruguayos cargaron en barcos en los últimos tres años.
Si el número de cabezas toca un piso este año o en 2019 dependerá de la evolución del comercio de ganado vivo en lo que queda de año, dijo Blasina.
"Significa que habrá menos exportaciones y actividad en las plantas empacadoras de carne en 2019 y 2020", dijo Eduardo Blasina, quien dirige la consultora agrícola Blasina y Asociados.
Eduardo Urgal, cuya familia es propietaria del empacador Ontilcor, el séptimo mayor de Uruguay, está preocupado de que los márgenes se vean afectados el próximo año por mayores costos de materia prima y menores precios de la carne, ya que las devaluaciones cambiarias dan ventaja a los empacadores argentinos y brasileños en algunos mercados. La reciente devaluación monetaria de Turquía dejó a los empacadores de carne locales en mejores condiciones para competir por el ganado que de otro modo habría sido exportado, dijo.
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