Las remesas a los países de ingresos bajos y medianos aumentarán en casi un 11 por ciento en 2018, a un récord de US$528.000 millones, según la última edición del informe sobre migración y desarrollo del Banco Mundial. Este aumento se suma a un incremento de 7,8 por ciento el año pasado.
Al incluir los países de ingresos altos, las remesas globales totales para 2018 se aproximan a los US$700.000 millones este año, y se espera que para el próximo crezcan un 3,7 por ciento, a US$715.000 millones, ya que se proyecta que las remesas a los países de ingresos bajos y medios crezcan a un ritmo más lento, de 4 por ciento, en 2019.
"El crecimiento futuro de las remesas es vulnerable a precios del petroleo más bajos, políticas migratorias restrictivas y una moderación general del crecimiento económico", afirmó Michal Rutkowski, director senior de la Oficina Global de Empleo y Protección Social del Banco Mundial.
La fuerte situación económica y laboral en Estados Unidos fue un impulsor clave del crecimiento de las remesas, según el informe, que citó específicamente a América Latina y el Caribe, Asia del Sur y África Subsahariana como beneficiarios.
En particular, los receptores de remesas fueron liderados por India, con un total de US$80.000 millones este año; seguido por China, con US$67.000 millones; México y Filipinas con US$34.000 millones cada uno; y Egipto, con US$26.000 millones.