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La soja amenaza a la mayor extensión de pastizales del continente

Se trata de la Sabana del Cerrado, en Brasil. Gigante de la agroindustria encabeza la lucha para que esa zona no caiga ante el avance de agricultores.

Brazilian farmers have expanded production
Brazilian farmers have expanded production |

La vasta jungla de Brasil es sinónimo del problema de deforestación, pero la sabana del Cerrado también está en riesgo de una expansión agrícola. Una de las mayores agroempresas del mundo, junto con uno de los bancos más grandes de la nación, planean disuadir a los agricultores de eliminar la vegetación de la región.

Bunge Ltd. y Banco Santander Brasil SA, junto con The Nature Conservancy, organización caritativa estadounidense, comenzarán un programa piloto en septiembre para otorgar préstamos a los agricultores brasileños que cultiven partes del Cerrado que no requieran ser despejadas. Los préstamos serán en dólares estadounidenses con plazos de hasta 10 años y el programa comenzará con un capital de US$50 millones, según Bunge, con sed en White Plains, Nueva York.

El Cerrado, la sabana de pastizales más grande del América del Sur, ha estado bajo una creciente presión por el sostenido auge de la producción brasileña de soja. El país ha emergido como el mayor exportador mundial de la materia prima que se utiliza principalmente como alimento de animales. Se espera que la producción siga creciendo el próximo año, y los agricultores de la nación se han visto favorecidos por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha impulsado los precios en Sudamérica en relación con los precios de los futuros de referencia en Chicago.

El año pasado, la Academia de Ciencias de Brasil y la Sociedad Brasileña para el Avance de la Ciencia le pidieron al gobierno endurecer las medidas para la protección de la pradera, cuya extensión es equivalente a una franja de tierra en la amazonia de aproximadamente tres veces el tamaño de Texas.

Todos, desde los consumidores hasta organizaciones no gubernamentales, han mostrado un creciente interés en las prácticas sostenibles dentro de la cadena de suministro de alimentos y la conservación de lugares como el Cerrado.

"Estas tendencias se están observando y están aumentando cada año", señaló en una entrevista telefónica Stewart Lindsay, vicepresidente mundial de Bunge para asuntos corporativos. "El mercado está enviando señales nuevas y diferentes, pero no son lo suficientemente fuertes como para alentar realmente a los agricultores en lugares como Brasil a expandirse aquí, y no allá".

Los préstamos se otorgarán a los agricultores con los que Bunge ya tiene una relación. La compañía es uno de los mayores compradores, comerciantes y procesadores de soja del mundo.

Financiamiento de Préstamos

Bunge proporcionará el 30 por ciento del financiamiento, mientras que Santander será responsable del 65 por ciento del capital y The Nature Conservancy, de un 5 por ciento. Se espera que las tasas de interés fluctúen entre 6 y 10 por ciento al año.

Estos serán préstamos innovadores a largo plazo para la adquisición y recuperación de tierra en el país, según Carlos Aguiar, director de agronegocios de Santander. El financiamiento para los agricultores brasileños generalmente se limita a financiar compras de plantaciones o máquinas y adquisiciones de silos.

"Nos estamos enfocando en áreas donde hay riesgo de deforestación y donde creemos que es posible hacer la diferencia", señaló Michel Santos, director global de sostenibilidad de Bunge, en un evento en Sao Paulo el miércoles.

Hay alrededor de 25 millones de hectáreas de tierras que ya han sido limpiadas en el Cerrado que se pueden usar para la agricultura, dijo en una entrevista Greg Fishbein, director de inversiones agrícolas de The Nature Conservancy. "El Cerrado es una gran reserva de carbono", principalmente subterránea en sus raíces, que es esencial para ayudar a controlar las emisiones globales de gases de efecto invernadero, dijo.

Los agricultores tendrían que cumplir con las barreras ambientales, incluidas buenas prácticas agrícolas y otras medidas relacionadas con el trabajo y el uso de productos químicos, dijo Fishbein.

Grupos ambientalistas y empresa se preguntan "cómo podemos expandir la producción en esta área, porque Brasil continuará siendo una canasta de pan para el mundo, o una canasta de soja para el mundo, pero de una manera que no continúe despejando todo este importante hábitat", señaló Fishbein.