Los inversores se encuentran atrapados entre el alivio por el acuerdo de deuda de Argentina y la preocupación por la sombría realidad económica que enfrenta el país después de obtener la aprobación para reestructurar el 99% de su deuda externa.
Argentina recibió adhesiones para el 93,5% de los US$65.000 millones en deuda elegible para reestructuración, lo que activó cláusulas de acción colectiva que llevarán a 99% de los bonos internacionales del país al acuerdo. Es el paso final en la reestructuración y debería permitir que la nación salga de su noveno incumplimiento.
“En este caso, sin recortes de capital, no tenía ningún sentido quedarse al margen”, asegura Joaquín Almeyra, operador de renta fija en Bulltick LLC en Miami. “Ahora con los nuevos bonos veremos si hay alguna demanda para el riesgo argentino”.
Los nuevos bonos comenzarán a cotizar después de la fecha de liquidación del acuerdo el 4 de septiembre y podrían rendir un promedio de 12%, según analistas. Esas primas serán clave para atraer a los inversores ávidos de rendimiento a Argentina. Aún así, el país deberá enfrentar una profunda recesión, altas tasas de infección de covid-19 y negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.