IPCA de Brasil sube más de lo previsto ante apuesta de recorte
Los precios al consumidor de Brasil aumentaron más de lo previsto en febrero en medio de un repunte estacional en los costos de la educación y debido a que el banco central se enfrenta a la presión de seguir a Estados Unidos en los recortes de su tasa de interés clave la próxima semana.
Under Control |
Mario Sergio Lima
Los precios al consumidor de Brasil aumentaron más de lo previsto en febrero en medio de un repunte estacional en los costos de la educación y debido a que el banco central se enfrenta a la presión de seguir a Estados Unidos en los recortes de su tasa de interés clave la próxima semana.
El índice de referencia IPCA se elevó 0,25% desde enero, sobre las estimaciones de todos los economistas menos uno en una encuesta de Bloomberg que tenía un pronóstico medio de 0,15%. La cifra anual disminuyó a 4,01%, aproximadamente, en línea con el objetivo de este año de 4%, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) el miércoles.
El banco central ha revertido el curso al indicar que puede extender un ciclo de relajación en su reunión del 18 de marzo para proteger a Brasil de la turbulencia económica mundial. Tal cambio de rumbo fue motivado por la opinión de que el brote de coronavirus crea un mayor riesgo de desaceleración del crecimiento que un aumento de la inflación. Se espera que los precios al consumidor a fin de este año estén muy por debajo del objetivo, mientras se mantiene cerca de la meta del 3,75% de los responsables políticos para 2021.
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Los costos de la educación aumentaron un 3,7% en febrero, el comienzo del año académico de Brasil. Los costos de alimentos y bebidas aumentaron 0,11% mientras que el transporte disminuyó un 0,23%, según el IBGE.
La economía más grande de América Latina corre el riesgo de registrar su cuarto año consecutivo de crecimiento por debajo del promedio entre la débil demanda de los principales socios comerciales como Argentina y factores adversos nacionales, incluido el alto desempleo. Esto ayudó a controlar la inflación y facilitó una caída en los costos de endeudamiento del 14,25% en 2016 al mínimo histórico actual de 4,25%.
La irregular demanda también ha ayudado a suavizar el golpe inflacionario de una caída en la moneda del país, que se ha desplomado aproximadamente un 13% este año y tocó un mínimo récord el lunes. Un real más débil puede elevar los precios al consumidor al encarecer las importaciones.
