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Italia podría bajar déficit a 2,2-2,3 por ciento del PIB

El gobierno populista de Italia está evaluando reducir el déficit presupuestario a entre un 2,2 y un 2,3 por ciento del PIB y hacer un guiño a la Unión Europea, aunque aún planea aprobar sus costosas reformas de beneficios sociales y pensiones antes de Navidad, según un alto asesor económico del vicepresidente y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini.

EU Spells Out to Italy Why Its Budget Plans Just Won't Fly (1)
EU Spells Out to Italy Why Its Budget Plans Just Won't Fly (1) | Bloomberg

El gobierno populista de Italia está evaluando reducir el déficit presupuestario a entre un 2,2 y un 2,3 por ciento del PIB y hacer un guiño a la Unión Europea, aunque aún planea aprobar sus costosas reformas de beneficios sociales y pensiones antes de Navidad, según un alto asesor económico del vicepresidente y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini.

El gobierno no retrasará la implementación de un ingreso ciudadano para los pobres y la reforma de las pensiones para reducir la edad de jubilación, dijo a Bloomberg en una entrevista Armando Siri, miembro del partido antinmigración Liga Norte de Salvini y participante en las conversaciones sobre el presupuesto. Tampoco reducirá el número de beneficiarios de la reforma de pensión.

"Si podemos recuperar 0,1 o 0,2 eliminando ciertas inversiones del perímetro del presupuesto, lo haremos", dijo Siri, subsecretario de Infraestructura y Transporte, quien agregó que esto podría incluir inversiones para ayudar a víctimas de catástrofes en territorios afectados por inundaciones.

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El primer ministro Giuseppe Conte, Salvini y el también vicepresidente Luigi Di Maio, del partido antisistema Movimiento 5 Estrellas, no llegaron a acuerdo sobre un nuevo objetivo de déficit para la UE en las conversaciones del lunes por la noche. Los mercados buscan señales de cualquier disposición a reducir el objetivo de déficit del 2,4 por ciento para el próximo año.

El gobierno aún tiene que decidir si reduce y cómo reduce –o retrasa con el fin de ahorrar fondos– las promesas electorales detrás de la ola de gastos de los populistas. Está en juego un procedimiento de infracción que puede llevar a la UE a imponer multas a Italia, afectada por una montaña de deudas.

El margen de maniobra de Conte está limitado por las tensiones entre sus dos euroescépticos vicepresidentes. Es un equilibrio de poder delicado entre ambos y cada uno es reacio a ceder terreno ante el otro.

Siri dijo que la administración aprobará decretos independientes sobre las reformas de beneficios sociales y pensiones para Navidad. Pidió que se modificara el ingreso ciudadano, una promesa electoral clave del Movimiento 5 Estrellas, haciéndose eco de una postura displicente sobre la medida por parte de la Liga Norte, cuyo bastión electoral se encuentra en el adinerado norte.

"Espero que podamos demostrar que el ingreso ciudadano es una medida para impulsar los empleos, podríamos otorgar el financiamiento a las empresas que luego lo traspasan a los trabajadores que se capacitan con ellos", dijo Siri. "Esto demostraría que sirve para los empleos y no es solo una medida de apoyo".

Costos reales

Conte, Salvini y Di Maio insistieron en una declaración conjunta dada a conocer el lunes que la cuestión del presupuesto "no es una cuestión de puntos decimales". Los tres líderes acordaron esperar "informes técnicos" que ayudarían a "cuantificar los costos reales" de las medidas presupuestarias antes de proseguir las conversaciones con la Comisión Europea.

Según funcionarios del gobierno, a ambos vicepresidentes no les molestaría ver que las promesas de su contraparte fracasen. Salvini se muestra displicente respecto del ingreso ciudadano para los pobres que defiende Di Maio. Del mismo modo, Di Maio no está tan interesado como Salvini en las promesas de recortes de impuestos de la Liga.

Visto desde la perspectiva de Bruselas, incluso un nuevo objetivo en torno al 2,2 por ciento puede ser demasiado pequeño y demasiado tarde.

La Comisión ha dejado en claro a Italia que no solo quiere un déficit no superior al 2 por ciento, sino que también quiere reformas estructurales en lugar de reformas puntuales para impulsar el lento crecimiento económico del país, según un funcionario italiano que no quiso ser identificado.