Los responsables de los bancos centrales, desde Australia hasta la India, señalan con el dedo la ola de alivio monetario mundial para justificar sus recortes más recientes de tasas de interés.
El gobernador del Banco de la Reserva de Australia, Philip Lowe, advirtió a otros responsables reunidos en la conferencia anual de Jackson Hole en agosto que el estímulo adicional podría aumentar los precios de los activos. Sin embargo, esta semana ha ignorado cualquier preocupación, y redujo su propia tasa de interés de referencia a un mínimo récord. Lowe justificó la decisión al explicar que su moneda podría fortalecerse si él no actuaba también.
En la India, Shaktikanta Das anunció el viernes su quinto recorte consecutivo. Haciéndose eco de la promesa de Mario Draghi de “lo que sea necesario”, Das dijo que seguirá manteniendo una postura acomodaticia “mientras sea necesario” para reactivar el crecimiento. Y también señaló el cambio global hacia una política más relajada.
Un informe de empleos débil en Estados Unidos el viernes podría servir de argumento decisivo para que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, vuelva a recortar tasas el 30 de octubre. Y se especula que el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, tendrá que hundir su tasa clave aún más en territorio negativo, a fin de evitar un fortalecimiento prematuro del yen. En cuanto a la presidenta entrante del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, la perspectiva de un brexit sin acuerdo podría sumarse a su lista de razones para una mayor relajación.
Con la relajación de prácticamente todos los principales bancos centrales del mundo (China es una especie de excepción) y el argumento de que otros bancos hacen lo mismo, la carrera hacia el fondo amenaza con socavar el impacto de la política.
Sin duda, los menores costes de endeudamiento podrían estimular la economía si hay suficiente demanda de crédito y pagar las deudas existentes se vuelve más barato, lo que liberaría efectivo para el consumo. Pero el canal de divisas -el debilitamiento que normalmente se esperaría si un país recortara tasas por sí solo- queda anulado.
“Si todos recortan tasas, no hay un canal de tipo de cambio”, dijo el propio Lowe en junio.
La flexibilización en todo el mundo también está reduciendo los rendimientos de los bonos, lo que podría resultar en valores de activos inflados y riesgos de estabilidad asociados, algo sobre lo que Lowe y otros han estado advirtiendo.
Al menos, la culpa recaerá en muchos hombros si la carrera hacia el fondo termina mal.