Dan Loeb, quien está buscando una completa reestructuración del directorio de Campbell Soup Co., dijo que el fabricante de snacks podría obtener hasta US$58 por acción en una venta y debería considerar la posibilidad de deshacerse de marcas como Pop Secret y Pepperidge Farms Frozen Cakes, en tanto insta a cambios significativos para ayudar a modernizar la emblemática empresa estadounidense.
El inversionista activista argumenta en una nueva presentación a los inversionistas de 45 páginas divulgada el lunes, que Campbell ha sido mal administrada, se quedó atrás en el cambio en las preferencias de los consumidores por ingredientes naturales y orgánicos, y que se vio obligado a realizar importantes adquisiciones para tratar de ponerse al día, incluida su "inoportuna" compra de US$6.000 millones de Snyder’s-Lance en marzo.
"Creemos que el año pasado fue particularmente desastroso", dijo Third Point, el fondo de cobertura de Nueva York de Loeb, a otros accionistas en una carta fechada el 28 de septiembre. "Las principales marcas de Campbell están perdiendo rápidamente participación de mercado. Su liderazgo pagó demasiado por negocios malos que agregaron demasiada deuda a la compañía".
Loeb también señaló que las ganancias por acción en el último trimestre bajaron más del 50 por ciento, que la compañía no tiene un máximo ejecutivo permanente y que "ha sido liderada temporalmente por un miembro de la junta sin experiencia en alimentos o bebidas". Un representante de Campbell, con sede en Camden, Nueva Jersey, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios. Las acciones de la compañía cerraron en US$36,63 el viernes, lo que le dio una valoración de mercado de US$11.000 millones.
Revisión estratégica
Third Point también envió un folleto de 16 páginas a los accionistas con el objetivo de atraer inversores minoristas a su causa en tanto aumentaba la presión sobre Campbell.
En la presentación a los inversionistas del lunes, Loeb continuó abogando por una venta de la totalidad o parte de la compañía. También cuestionó si todo estaba realmente "sobre la mesa" durante una reciente revisión estratégica, lo que llevó a Campbell a anunciar en agosto que vendería sus operaciones internacionales y su unidad de alimentos frescos.
Dijo que la junta directiva "puede haber no haber cumplido su deber fiduciario de actuar en el mejor interés de todos los accionistas para proteger los intereses de los privilegiados corporativos y los herederos ricos".
Loeb señaló que creía que Campbell podría obtener entre US$52 y US$58 por acción, en función de transacciones recientes en el sector alimentario, como la compra de HJ Heinz Co. por parte de 3G Capital Inc. y Berkshire Hathaway Inc. en 2013, la posterior adquisición por parte de Heinz de Kraft Foods Group Inc. en 2015 y el trato de Conagra Brands Inc.por Pinnacle Foods Inc. este año.
Ventas de sopa
Campbell necesita enfocarse en hacer crecer su negocio de sopa en lugar de "disculparse por ello", además de reducir los costos y modernizar sus ofertas, según la presentación. Loeb apoya usar los ingresos de la venta de algunas marcas de snacks no esenciales, incluida la marca de palomitas de maíz para microondas Pop Secret, para reinvertir en otras marcas o para pagar la deuda.
También argumenta que la compañía podría ahorrar alrededor de US$295 millones por la integración adecuada de Snyder’s-Lance.
Loeb, que aspira a reemplazar a los 12 miembros del directorio, tiene en la mira a dos directores en particular, ambos descendientes de John Dorrance, el ejecutivo de Campbell de principios del siglo XX al que se le atribuye la invención de la sopa condensada.
Bennett Dorrance y Mary Alice Dorrance Malone, los hermanos que han formado parte del directorio por décadas, poseen en conjunto alrededor del 33 por ciento de las acciones de la compañía, según una presentación de apoderados del año pasado, y constituyen un gran obstáculo en los esfuerzos de Loeb por reconstituir la junta.
Los nominados de Loeb incluyen a George Strawbridge, otro descendiente de Dorrance, quien se ha asociado con Third Point para impulsar cambios en Campbell. Colectivamente, los accionistas disidentes poseen una participación del 8,4 por ciento en la compañía.
Campbell inició la revisión estratégica después de la salida de su máxima ejecutiva Denise Morrison en mayo. Loeb ha recriminado a la compañía no haber implementado un plan de sucesión.