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Pandemia de coronavirus

Los adultos jóvenes elevan la curva viral en Europa

En algunos países volvieron a aparecer nuevos casos de coronavirus. Aunque esta no es, en ningún caso, una segunda ola y las cifras de contagio siguen siendo más bajas que antes, ha comenzado a surgir un patrón demográfico interesante. Galería de fotos

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En algunas partes de Europa, han vuelto a aparecer nuevos casos de coronavirus. Aunque esta no es, en ningún caso, una segunda ola y las cifras de contagio siguen siendo más bajas que antes, ha comenzado a surgir un patrón demográfico interesante. Si bien, al principio de la crisis, las poblaciones de ancianos representaban la mayor proporción de nuevos casos, ahora son los grupos más jóvenes los que están llevando la delantera.

Las personas de entre 20 y 39 años dan cuenta de cerca de 35% a 40% de los casos nuevos en Inglaterra, Bélgica y los Países Bajos. En España, los jóvenes de entre 15 y 29 años representan más de una quinta parte de los nuevos casos. Los gráficos a continuación ilustran el cambio, utilizando la fecha en que reabrieron bares y pubs en cada país como la línea divisoria para medir cómo evolucionaron las cosas a medida que se levantaban las restricciones.

Aunque el desglose por edad en Alemania al principio de la pandemia parecía levemente diferente, el país está observando una tendencia similar ahora. A nivel mundial, los datos de la Organización Mundial de la Salud muestran que la proporción de personas de entre 15 y 24 años contagiadas por covid-19 se ha triplicado en los últimos cinco meses.

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Entonces, ¿qué está ocurriendo? La primera explicación posible es la realización de un mayor número de pruebas. Durante el punto álgido del brote, solo las personas muy enfermas –que, en la mayoría de los casos, eran ancianos– podían acceder a la prueba, mientras que a aquellos con síntomas leves se les pedía que se cuidaran en casa sin un diagnóstico. Con una mayor capacidad para realizar pruebas y la implementación de programas de trazabilidad, los países están detectando casos más leves o asintomáticos en personas más jóvenes que antes no se contabilizaban.

Pero la fatiga del distanciamiento social también es un factor importante, especialmente en grupos de edad que no se sienten en riesgo. Cualquier persona que haya estado cerca de un espacio verde urbano o pub recientemente ha visto las señales: enormes grupos que beben a no precisamente a un metro de distancia; amigos compartiendo un cigarrillo; abrazos y besos mientras la gente se encuentra por primera vez en meses. La OMS incluso ha suplicado a los jóvenes del mundo que “resistan sus ganas de hacer fiestas”.

No es de sorprender que los adultos jóvenes estén tratando de volver a la vida normal. Muchos veinteañeros están viviendo y trabajando en habitaciones de estrechos alojamientos alquilados. En Gran Bretaña, las personas de 16 a 24 años tienen en promedio solo unos 26 metros cuadrados de espacio habitable en sus viviendas. Incluso para aquellos que escaparon a la relativa comodidad de las casas de sus padres, aún pueden sentirse solitarios al estar separados de sus compañeros.

La pregunta es cómo hacer que los jóvenes vuelvan a embarcarse en el sistema de protegerse de la enfermedad para poder proteger a miembros de la familia mayores, así como colegas y personas en el transporte público de más edad. No es tan simple como pedirles que resistan el impulso de asistir a fiestas. En Londres, los jóvenes urbanos tienen muchas más probabilidades de vivir en un alojamiento compartido. Eso aumenta el número de posibles transmisiones, especialmente cuando cada compañero de vivienda tiene una vida social separada.

Es necesario que haya información más clara y más coherente. No siempre es fácil saber lo que está permitido y lo que no lo está en un momento determinado. Los funcionarios de salud también podrían alertar más sobre pacientes jóvenes con covid-19 que están presentando síntomas prolongados y persistentes como dolor en el pecho y fatiga extrema. El mensaje sería más efectivo recurriendo directamente a donde los jóvenes pasan gran parte de su tiempo: las redes sociales.

En Preston, una ciudad en el norte de Inglaterra que acaba de entrar en cuarentena, el líder del consejo ha hecho un llamado a los jóvenes: “No maten a sus abuelitas”. Bien hecho, tales lemas pueden ser una forma simple pero eficaz de recordar a todos que estamos juntos en esto.