El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hizo un llamamiento para mantener conversaciones directas con Estados Unidos, y dice que el apoyo al líder de la oposición, Juan Guaidó, fracasó.
En una inusual entrevista con el Washington Post publicada el sábado, Maduro se burló del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y dijo que el ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, y Elliott Abrams, enviado especial del Departamento de Estado para Venezuela, le habían dado al presidente Donald Trump un mal asesoramiento. Están proporcionando a Trump informaciones falsas, dijo Maduro al periódico.
Como incentivo para las conversaciones, Maduro mencionó la posibilidad de un acceso a la industria petrolera del país. Venezuela cuenta con las mayores reservas de petróleo conocidas del mundo. Maduro negó que la petrolera rusa Rosneft esté procesando el 70% de la producción venezolana, y dijo que la cifra estaba más cerca del 20%.
El diálogo con Estados Unidos sería una situación en la que ambos países ganarían mientras que la confrontación continua significaría una pérdida para ambos, dijo. Según Maduro, a las petroleras estadounidenses podrían esperarles una bonanza si Trump levantara las sanciones.
La entrevista de Maduro con el Washington Post llega casi un año después de que Estados Unidos reconociese a Guaidó como jefe de Estado legítimo del país el 23 de enero del año pasado. Más de 50 países, incluida la mayor parte de América del Sur, también respaldaron a Guaidó, mientras que Cuba y Rusia mantuvieron un fuerte apoyo a Maduro.
Pompeo se reunirá con Guaidó el lunes en una conferencia antiterrorista en Colombia, antes de emprender un viaje que incluirá su asistencia al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Si bien más de 50 países reconocen a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela, el político ha tenido dificultades para traducir ese apoyo en avances concretos contra un régimen que sigue firmemente arraigado.
En abril del año pasado, Guaidó intentó liderar un levantamiento contra Maduro. La iniciativa fracasó después de que la mayor parte de las fuerzas armadas se negara a participar. Maduro dijo al Washington Post que conocía el complot con semanas de antelación después de que aliados a quienes la oposición se había acercado traicionaran el plan.
Maduro quiere celebrar nuevas elecciones a la Asamblea Nacional este año en un intento por erosionar aún más la base de poder y la legitimidad de Guaidó. Sus partidarios ya bloquearon la reelección de Guaidó como presidente de la Asamblea a principios de este mes.