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Mexicanas toman las calles en marcha contra el feminicidio

Miles de mexicanas salieron a las calles de la capital y otras ciudades reclamando con consignas como “¡ni una asesinada más!” el domingo, el Día Internacional de la Mujer, para protestar contra una serie de asesinatos de mujeres y el aumento de la violencia de género.

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Miles de mexicanas salieron a las calles de la capital y otras ciudades reclamando con consignas como “¡ni una asesinada más!” el domingo, el Día Internacional de la Mujer, para protestar contra una serie de asesinatos de mujeres y el aumento de la violencia de género.

“Ahorita ya tengo 60 años y este movimiento me convence y me mueve. Por eso estoy marchando”, dijo Yolanda Leyva, ante el ruido de un helicóptero de patrulla y los gritos de los manifestantes reunidos en Ciudad de México. “Este movimiento es un movimiento auténtico en el que la mayor parte de las mujeres nos sentimos identificadas independientemente de nuestra posición política, social, económica, cultural y generacional”.

Las manifestantes vitorearon mientras pintaban con spray los edificios y arrojaban tinte rojo en las fuentes de Ciudad de México. Sostenían carteles que decían: “en México estoy destinada a ser mi propia superheroína para sobrevivir” y “desearías tener vagina”. El evento se plasmó en las portadas de los periódicos nacionales el domingo.

Los observadores esperan que la marcha del Día Internacional de la Mujer sea una de las mayores manifestaciones feministas en la historia de México. Destaca la creciente indignación pública por dos horripilantes asesinatos ocurridos en febrero, los últimos en un fuerte repunte de asesinatos por motivos de género, conocidos como “feminicidios”.

Unas 2.760 mujeres policías fueron desplegadas en la marcha en Ciudad de México, dijeron las autoridades locales, y 120 representantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México monitorearon el evento luego de que las amenazas de violencia física y ataques con ácido contra los participantes circularan en las redes sociales.

La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo en un tuit que solicitó abrir todas las estaciones del metro hasta tarde en la ciudad para facilitar el movimiento de manifestantes. Se aconsejó a los participantes tomar precauciones para su seguridad.

‘La culpa la tuvo Cupido’

En un incidente reciente, Ingrid Escamilla, de 25 años, fue asesinada y desollada, supuestamente por su pareja de 46 años. Su cuerpo mutilado fue descubierto el 9 de febrero y espeluznantes fotos de su cadáver circularon en las redes sociales. Un periódico imprimió una en su portada bajo el titular, “La culpa la tuvo Cupido”, que provocó aún más furia por las actitudes arrogantes hacia los feminicidios.

Varios días después de la muerte de Escamilla, una niña de siete años, identificada solo como Fátima, fue secuestrada, abusada sexualmente y asesinada.

Las muertes han provocado críticas al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por no frenar la violencia de género que, según las Naciones Unidas, afecta a siete de cada 10 mujeres mexicanas.

Bajo la supervisión de López Obrador, más de 1.000 mujeres fueron asesinadas en 2019, frente a las 912 del año anterior y las 426 en 2015. El aumento en la violencia de género está en línea con un aumento general en las tasas de homicidios en México, que han aumentado un 93% desde 2015. En 2019, un promedio cercano a 100 personas fueron asesinadas diariamente.

Las activistas, además, convocaron una huelga de mujeres el lunes, y se espera que millones de mujeres en todo el país no vayan a trabajar y se queden en casa. El gobierno federal de México y algunas de las compañías más grandes del país, incluidas Wal-Mart de México SAB, la filial local de Walmart, se comprometieron a no tomar represalias contra las mujeres que participen en el boicot.

Mientras la marcha en la Ciudad de México avanzaba hacia el Zócalo, la plaza central de la capital, los gritos de los manifestantes alcanzaron un punto álgido. Algunos rompieron ventanas, destruyeron edificios y hubo enfrentamientos con la policía.

“Nos están matando y nadie hace nada”, dijo Laura Berron, de 27 años, con la voz quebrada por la emoción. “Pero no tenemos miedo, estamos convencidas de que esto generará un cambio”.