El altruismo ha demostrado ser una pésima guía para los seleccionadores de acciones este año.
Los inversionistas que evitaron los países más dudosos en términos de estándares ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por su sigla en inglés) se habrían perdido enormes beneficios. En Catar, las acciones se dispararon un 27 por ciento en términos de dólares para liderar las ganancias a pesar de tener la peor puntuación ESG entre los mercados emergentes, según un análisis de Renaissance Capital. Los mercados desarrollados más lucrativos han sido Israel, que tiene la puntuación más baja de ESG de Renaissance en términos absolutos, y Estados Unidos, con la puntuación más baja tras ajuste per cápita.
Entre los mercados fronterizos, Arabia Saudita, ahora en plena crisis diplomática tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, puede apuntar a un alza del 9,3 por ciento en el Tadawul All Share Index a pesar de su baja puntuación ESG. Mientras tanto, las acciones desde Chile hasta Dinamarca y Polonia, entre las más destacadas para los inversores con conciencia social, han quedado rezagadas en 2018.
Sin embargo, esto no significa que los inversores deban ignorar el criterio ESG. Charles Robertson, economista jefe de RenCap en Londres, quien escribió el informe, dijo que existe una pequeña correlación entre las puntuaciones ESG y el rendimiento de las acciones en los mercados más líquidos, impulsada en gran medida por los países ricos en petróleo. Indicó además que es posible que los países con mayor puntaje ESG se desempeñen mejor en el tiempo a medida que la idea gane impulso.
"Los precios del mercado nos dicen que la inversión basada en ESG todavía no ha sido una vía para obtener un rendimiento superior (en renta variable) o de otro tipo (deuda)", dijo. "Esto puede cambiar a medida que se asigne más dinero a los fondos de ESG".