La Reserva Federal confía en que la inflación estadounidense se mantenga cerca de su objetivo el próximo año. Sin embargo, ahora que se acerca 2019, los operadores de bonos no están convencidos.
"El mercado se está volviendo cada vez más escéptico de que veamos una recuperación dramática de la inflación", aseguró Ben Jeffery, analista del Banco de Montreal.
La confusión con las acciones y los bonos este mes, junto con la preocupación por los vientos en contra económicos, han provocado una disminución en la cantidad de inflación asimilada en el precio para los próximos años en los mercados de renta fija. Si bien los economistas también tienen una perspectiva de crecimiento algo menor para 2019 en comparación con este año, encuestas muestran que siguen siendo optimistas de que el ritmo de la inflación se mantenga firme alrededor del objetivo de 2 por ciento de la Fed.
¿Error de política?
Algunos observadores del mercado han expresado su preocupación por la posibilidad de que el banco central haya cometido un error de política, y las acciones de la Fed han actuado como un freno adicional para las tasas de equilibrio: el ritmo de las futuras ganancias implícitas en los valores del Tesoro protegidos contra la inflación y el índice de precios al consumidor. La caída de los precios de la energía también está socavando las expectativas de inflación, especialmente en el corto plazo.
"Hemos avanzado en esta expansión económica y no pudimos ver la clásica recuperación de la inflación a finales del ciclo", aseguró Jeffery, del Banco de Montreal. "La Reserva Federal tampoco muestra signos de duda, lo que naturalmente servirá para controlar la inflación. Es por eso que los puntos de equilibrio se están cayendo de un precipicio".
"La inflación subyacente continuará repuntando, como lo ha hecho este año", afirmó Stephen Stanley, economista jefe en Amherst Pierpont Securities, quien prevé que el índice de gastos de consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) central retrocederá por encima de 2 por ciento. "Después de un periodo blando, estamos volviendo a la tendencia en curso".
Otros apuntan a factores que podrían limitar la inflación, como la disminución de los efectos del estímulo fiscal, la fortaleza actual del dólar estadounidense y un debilitamiento del sector vivienda, lo que puede ayudar a mantener los costos bajo control. Una desaceleración en el crecimiento global también podría aliviar las presiones de los precios de importación.
"Hemos visto algún movimiento alcista, pero no estamos viendo ningún indicio de una subida importante de la inflación", afirma Gregory Daco, economista jefe para EE.UU. de Oxford Economics, quien espera que las ganancias en los precios se mantengan en 2 por ciento, y no por encima o por debajo de ese nivel. "La perspectiva de la inflación seguirá siendo bastante modesta".
La tasa de inflación asimilada por los precios en un horizonte de cinco años se redujo brevemente en torno a 1,5 por ciento, mientras que la tasa de equilibrio de 30 por ciento llegó el miércoles a menos de 1,85 por ciento, la menor desde agosto de 2017. Esas cifras están vinculadas a las expectativas del IPC, que históricamente ha estado en un promedio de 40 puntos básicos por encima del deflactor de los gastos de consumo personal, lo que indica que los operadores están preparados para que el banco central no alcance su objetivo por completo.