El peso de Colombia se desplomó a un mínimo histórico el lunes, cuando una guerra de precios en toda regla envió el petróleo, la mayor exportación del país sudamericano, a su mayor pérdida desde la Guerra del Golfo en 1991.
El banco central dijo en una declaración conjunta con el Ministerio de Hacienda y la Superintendencia Financiera que los fundamentales de la economía colombiana “se mantienen sólidos” y que el peso está respondiendo como se esperaba al rápido deterioro de las condiciones mundiales. Las autoridades harán seguimiento a la liquidez y la volatilidad en el mercado cambiario y tomarán las medidas pertinentes de manera coordinada, dijeron.
El peso cayó 6,3% a 3.812,52 por dólar al cierre, el peor desempeño entre las 24 monedas de mercados emergentes seguidas por Bloomberg. Como reflejo de las pérdidas en los mercados de todo el mundo, los bonos en pesos del país también se desplomaron, y los rendimientos aumentaron en promedio más de medio punto porcentual. Las acciones de la petrolera estatal Ecopetrol SA cayeron 18%, su peor pérdida en un solo día, y todas las acciones en el índice de referencia Colcap bajaron.
“Sabemos lo expuesto que está Colombia al petróleo en el frente externo y fiscal”, asegura Ítalo Lombardi, estratega sénior de mercados emergentes de Crédit Agricole. “Nadie esperaba ver caer el petróleo a US$30. Eso prende todas las discusiones sobre la fragilidad fiscal”.
El petróleo se desplomó mientras Rusia y Arabia Saudita se disponían inundar el mercado con crudo barato en una guerra de precios sin cuartel, justo cuando el coronavirus está impulsando la primera contracción de la demanda desde 2009. Los futuros del petróleo cayeron más de 30% en Nueva York y Londres antes de retroceder a una disminución de alrededor de 20%.
Si bien Colombia fue la economía de más rápido crecimiento el año pasado entre los principales países latinoamericanos, tiene el mayor déficit de cuenta corriente. Se situó en el 4,3% del producto interno bruto en 2019.
La caída libre del petróleo provocó llamados del exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas para un plan de choque, con el objetivo de sostener la demanda del consumidor colombiano.
“Los cambios en el escenario nos obligan a revisar los presupuestos para este año no solo para el gobierno sino para las empresas”, dijo Cárdenas, en un video publicado en Twitter. “Hay que adoptar un plan de choque para que las menores exportaciones, producto de la caída del precio del petróleo, no arrastren la economía”.
Por separado, el excodirector del banco central, José Antonio Ocampo, que renunció en diciembre, dijo en Twitter que el banco debería permitir que el tipo de cambio fluctúe, “pero estar listo para intervenir el mercado cambiario si es necesario”.
En respuesta escrita a preguntas, Ocampo dice que no es necesario “por ahora” que el banco central considere reducir la tasa de referencia clave. La junta del banco central la ha mantenido sin cambios en 4,25% desde abril de 2018.
Sin embargo, una medida tan abrupta puede requerir la intervención del banco central, afirma Lombardi de Crédit Agricole. Los bancos centrales, incluidos los de Brasil y Chile, han adoptado medidas para aliviar las caídas en sus monedas. La Reserva Federal de Estados Unidos, mientras tanto, redujo las tasas de interés en 50 puntos básicos la semana pasada cuando el virus estalló.
“Definitivamente tienen espacio y una excusa” para intervenir, dijo Lombardi.