El peso mexicano cayó a un récord el lunes, cuando el recorte de tasas de emergencia de la Reserva Federal no logró pacificar los mercados financieros mundiales.
El peso cayó 4,2% y cerró la jornada en US$22,8804, después de alcanzar un mínimo histórico de 23,0782 cuando se dispararon los interruptores para las acciones estadounidenses. Los mercados locales estuvieron cerrados hoy, aunque el peso continuó cotizando en el extranjero.
“Los flujos de carry trade todavía se están desenredando”, asegura Christian Lawrence, estratega de Rabobank en Nueva York. Es “probable que ya casi haya terminado, pero el problema es que esos compradores no volverán por un tiempo, no con una volatilidad tan alta”.
Los operadores recortaron sus posiciones largas en pesos por sexta semana al 10 de marzo, el descenso más largo desde junio de 2018, muestran datos de CFTC.
El Banco de México puede necesitar hacer más para calmar los mercados y controlar los cambios excesivos, después de ofrecer US$2.000 millones en coberturas de divisas el jueves, en su primera intervención desde 2017.
El peso perdió 8,3% la semana pasada, en su mayor caída desde noviembre de 2016. El presidente del Banco Central, Alejandro Díaz de León, dijo el viernes que la venta de dólares en el mercado inmediato es una herramienta que los formuladores de política pueden usar, aunque se prefieren las subastas de cobertura de divisas, ya que no reducen las reservas internacionales del país.
A pesar de que la tasa de política de México probablemente rondará el 7%, entre las más altas en los mercados emergentes, no se sabe si los inversores en busca del carry regresarán. Sin su apoyo, “la atención se centra en los fundamentos, que no son buenos en México”, según Lawrence de Rabobank.